Además de Pardo, la serie está protagonizada por Clayton Cárdenas, Edward James Olmos, Sarah Bolger, Michael Irby, Carla Baratta, Antonio Jaramillo, Raoul Max Trujillo, Richard Cabral y Danny Pino. Entre las estrellas recurrentes destacan: Emilio Rivera, Frankie Loyal, Joseph Lucero, Vincent Rocco Vargas, Maurice Compte, Gino Vento, Tony Plana y Ada Maris.
Curiosamente, muchos de ellos tenían pendiente el visionado de Sons of Anarchy cuando recibieron el papel, pero la mayoría se volvieron fans absolutos cuando por fin se sentaron a verla, lo cual en principio sólo hacían como parte del trabajo.
“Ahora Sons of Anarchy es una cuestión familiar, y no sólo porque la conozco de principio a fin, sino porque toda mi familia está enganchada”, admite Sarah Bolger, mujer, rubia e irlandesa que aporta un toque diferente a un elenco predominantemente masculino y latino donde, eso sí, todos los personajes son distintos, ofreciendo un amplio abanico de representaciones latinas.
“Los latinos no somos de una única manera, sino sumamente diferentes, y este show lo refleja con gran profundidad”, afirma Danny Pino.
“No hay clichés: todos los personajes son diferentes”, reitera Carla Baratta, quien, al preguntársele por la constante relación entre violencia y latinos en televisión, afirma lo siguiente: “La violencia es parte de nosotros, nos guste o no, es parte de donde venimos y creo que siempre va a estar en nuestro pasado, nuestra sangre. Nuestro fuego viene de allí. Y creo que lo importante es explicar esa violencia: cómo y por qué empieza, algo que busca Mayans M.C.“.
Sin embargo, cuando se les pregunta por el tema principal de la serie, todos los miembros del reparto coinciden. Y no es la violencia. Ni las motos. Sino, tal y como sucedía con la saga de El padrino, la familia.
“Los latinos somos pasionales, para bien y para mal, pero al final del día lo importante es lo que hacemos por nuestra familia”, dice el veterano Emilio Rivera, quien retoma en Mayas M.C. su papel de Sons of Anarchy, estableciendo uno de los pocos puntos de encuentro entre ambos shows, al margen, eso sí, de ese característico tono entre el salvajismo y el melodrama.