El informe del “New American Economy” (NAE), un grupo con sede en Nueva York, usó un puntaje del uno al cinco para evaluar al centenar de ciudades en asuntos como el apoyo a emprendedores inmigrantes, mejoras socioeconómicas entre los extranjeros, y las tasas de propietarios de casa.
Más beneficios
Dan Wallace, director de proyectos especiales de NAE, dijo que el estudio demuestra que la integración de los inmigrantes y el ayudarlos en la creación de negocios o en la compra de casa propia es algo que beneficia tanto a las comunidades en las que viven como al país en general.
Según el experto, hay una disonancia entre los resultados positivos de los inmigrantes sobre el terreno y la retórica en algunos círculos conservadores en Washington, porque ya sea en los sectores de manufactura, agricultura, o de tecnología, “los inmigrantes están ayudando a esas industrias a crecer con más rapidez”.
Wallace quiere que los responsables de políticas se centren en buscar maneras de facilitar la integración de los extranjeros, porque estos ayudan a la economía. Se calcula que entre cinco y seis millones de personas en EEUU trabajan en empresas creadas por inmigrantes.
Las 25 ciudades que encabezan el índice de NAE sirven de imán para mayores cuotas de trabajadores con altas destrezas laborales, tanto extranjeros como personas nacidas en EEUU, lo que mejora su competitividad para las inversiones económicas y empresariales.
Estas ciudades además han creado condiciones que benefician tanto a emprendedores nacidos en Estados Unidos como a extranjeros, según el estudio.
Tres categorías
El estudio creó tres categorías para las ciudades con las mejores calificaciones: aquellas que, como Newark y Baltimore, registraron años de inestabilidad económica pero se recuperaron con la ayuda de inmigrantes y tienen buenos indicadores socioeconómicos.
De hecho, Newark y Baltimore hubiesen registraron una continua pérdida de población a partir de 2010 si no fuese que los inmigrantes han contribuido a su aumento poblacional desde entonces, y han estabilizado la “fuga de cerebros” en esos y otros centros urbanos.
En este grupo, otras ciudades, como Baton Rouge (Louisiana), Chula Vista (California), y Henderson (Nevada) registraron altas calificaciones en cuanto a condiciones de vida, y una menor brecha entre estadounidenses y extranjeros respecto al índice de propietarios de casa, personas con seguro médico y niveles educativos.
En la segunda categoría están ciudades como Nueva York, Los Angeles y San Francisco y Chicago, que han dado la bienvenida a inmigrantes durante años, fomentan políticas de inclusión y atraen negocios con altas destrezas laborales.
Estas ciudades obtuvieron calificaciones “perfectas” en cuanto a liderazgo gubernamental y apoyo legal, y todas establecieron oficinas para facilitar la integración de inmigrantes.
En la tercera categoría, figuran ciudades que son nuevos destinos para inmigrantes, como Atlanta (Georgia) y Greensboro (Carolina del Norte), y experimentan gran diversidad en su fuerza laboral y altos índices socioeconómicos, como creación de empleos, vivienda de calidad y a precios cómodos, y buenas oportunidades educativas.
Según el documento, la zona del noreste, que cubre desde Vermont hasta Pensilvania, y la del Pacífico, que abarca desde Washington hasta Alaska y Hawaii, registraron las calificaciones más altas y tienen las políticas de inclusión de inmigrantes más progresistas del país.
Los peores
En cambio, la zona del centro-sur de EEUU, que incluye a Arkansas, Louisiana, Oklahoma y Texas, tuvieron las calificaciones más bajas y las políticas menos incluyentes.
El informe fue divulgado en medio de ceremonias de naturalización de extranjeros, y eventos cívicos patrocinados por NAE.
El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, dijo en un comunicado de NAE que el informe no deja dudas de que “los nuevos ciudadanos y todos los inmigrantes son vitales para nuestra prosperidad compartida”