Tapas venezolanas
Pero lo que hace diferente a Barepas es que en lugar de las tradicionales tablas de queso y embutidos que se encuentran en la mayoría de los bares de vinos, allí los clientes pueden degustar una versión moderna de la comida venezolana, pero sin dejar de lado, como su nombre lo indica, el plato insignia de ese país: las arepas.
“Tenemos los sabores y la historia de nuestros platos típicos, pero los estamos modernizando y ampliando para llegar a todos los paladares y a todos los gustos”, asegura la chef Isabel Maldonado, quien fue la encargada de crear el original menú, el cual resulta una sorpresa tanto para sus paisanos como para los demás comensales.
Por ejemplo, la tradicional arepa reina pepiada, que viene rellena de pollo desmenuzado mezclado con mayonesa y aguacate, entre otros ingredientes, en Barepas se convirtió en una especie de terrine El lugar está dirigido por un equipo de mujeres. Desde la izq: Jen Pérez, dueña, Isabel Maldonado, chef, y Ellen Rodríguez, gerente y sommelier. o pasta que se sirve con chips de arepa y un sirope dulce (ver receta anexa), para un resultado original y delicioso.
“Un cliente mencionó que en este plato ‘Francia conoció a Venezuela’. Y eso es lo que queremos, mezclar culturas, fusionar”, señala Maldonado.
La chef cuenta que su versión de ceviche peruano, al que llama “rompe colchón”, ha sido el plato más popular, por su particular nombre.
“Es un punto de conversación cuando le tratamos de explicar a un cliente que no habla español que significa ‘bed breaker’”, dice entre risas. “Eso acompañado de los sabores de los mariscos que gustan muchísimo”.
En el menú resaltan además las mini cachapas, una especie de panqueques de maíz dulce; el chupe andino, que es una crema de maíz y pollo; los patacones de ajo rostizado con queso y chorizo picante; el pabellón criollo, una versión modificada del plato típico venezolano que lleva carne mechada, arroz blanco, frijoles negros y plátano maduro frito; y por supuesto, las arepas, con diferentes rellenos y combinaciones.
“Muchos de nuestros clientes no conocían la comida venezolana pero se han arriesgado y se han llevado una muy buena sorpresa”, dice la chef venezolana, agregando que, así como los vinos, la comida cambiará cada temporada y pronto agregarán más opciones para los
clientes vegetarianos.
Por su parte, Jen Pérez, dueña del lugar, explicó que en esta primera aventura gastronómica que emprendió junto su esposo, luego de 11 años en el negocio del vino, busca ofrecer una opción diferente en esa popular y creciente zona de Manhattan.
“Después de buscar locales por todos lados, el área nos pareció ideal por los cambios que está teniendo”, dice. “Queremos que todos vengan a probar nuestra versión moderna de la comida venezolana con un buen vaso de vino”… o quizás dos.