EL REINO de Arabia Saudita, acusada de haber orquestado en Turquía el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, es un importante inversionista en el sector de la tecnología estadounidense en empresas de Silicon Valley.
El régimen, preocupado por reducir su dependencia del petróleo, se ha interesado especialmente en los últimos años, en empresas del sector tecnológico e invierte particularmente a través de su fondo Public Investment Fund of Saudi Arabia (PIF).
Por su parte, el príncipe Al Walid bin Talal, figura importante del reino sadí, pero que está actualmente en malos términos con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, está presente a través de su holding Kingdom Holding Company (KHC).
Esas entidades, y en algunos casos el príncipe Al Walid individualmente, han invertido o tienen aún acciones en varias startups o corporaciones estadounidenses
de la tecnología.
DIVERSIFICACIÓN
El gobierno de Riad ha invertido principalmente a través del PIF, notablemente con 3,500 millones de dólares en Uber en el 2016, según la firma CB Insights.
El director general de PIF, Yasir al Rumayyan, integra también el consejo administrativo de Uber.
El PIF invirtió además en el fabricante de autos eléctricos Tesla y en
su competidor Lucid, mientras que el KHC se involucró en la competencia de Uber en Norteamérica, Lyft, según CB Insights.
Además, el PIF inyectó casi la mitad de los 100,000 millones de dólares de un fondo —en el que está asociado con el banco japonés SoftBank— destinado a inversiones en el sector tecnológico.
El SoftBank Vision Fund también invirtió en vehículos autónomos, por ejemplo en Cruise, la división de Ge-
neral Motors, y en Slack, una plataforma colaborativa de comunicación en empresas.
Al Walid también tiene participación en Twitter, Apple, además de Snap, la casa matriz de Snapchat.
VISIÓN 2030
Además de sus inversiones, Arabia Saudita es también un mercado de interés para los grupos de tecnología, especialmente en el marco de su plan faraónico de modernización Vision 2030, que busca transformar el país en un gigante tecnológico y turístico.
Microsoft lanzó en mayo un servicio de nube en el país, estimando el mercado saudita de cloud en 29,000 millones de dólares y “susceptible a aumentar”, según la compañía.
Mohamed bin Salman, considerado el hombre fuerte del reino, ha visitado varias veces Estados Unidos, incluyendo un viaje a inicios de año, en el que se reunió con ejecutivos de grupos como Google y Apple.
También se reunió con Jeff Bezos, el presidente de Amazon, quien es también propietario de The Washington Post, diario con el que colaborada Jamal Khashoggi.