La demora de la Casa Blanca en formular una política clara hacia Cuba y Venezuela, y las tensiones internas que esto provoca, están demorando la confirmación del diplomático al que Joe Biden ha elegido para que coordine la política hacia Iberoamérica en el Departamento de Estado, un puesto que depende directamente del secretario de Estado y que tradicionalmente ha sido de los de más relevancia en el servicio exterior estadounidense. Según han dicho a ABC dos fuentes conocedoras de las deliberaciones, una alianza de influyentes senadores, comandados por un demócrata, se resiste a validar la candidatura de Brian A. Nichols por la indefinición y los titubeos de la presidencia hacia las crisis interconectadas de La Habana y Caracas. No es que su candidatura corra peligro, pero sí se atrasa más de lo esperado.
La Casa Blanca filtró que consideraba a Nichols para el puesto a principios de febrero, días después de que Joe Biden asumiera el cargo. El 26 de marzo, le propuso formalmente. El 12 de abril llegó la nominación a la comisión de
Exteriores del Senado, que valida este tipo de nombramientos diplomáticos antes del voto en el pleno. El 19 de mayo, Nichols testificó en la comisión durante más de dos horas, junto a otra candidata, Michele Jeanne Sison, para otro cargo dentro del Departamento de Estado, subsecretaria para Organizaciones Internacionales. En cinco días, la candidatura de Sison estaba validada y queda ya solo pendiente de voto, incluida en el calendario del Senado. Nichols sigue esperando.
No es que hubiera ningún problema en el testimonio de Nichols, un respetado diplomático de carrera, que fue embajador en Perú, número dos en la misión en Colombia y es un experto en narcotráfico. Sobre Cuba y el presidente de su régimen, Miguel Díaz-Canel, Nichols dijo que este «no parece tener muchas diferencias significativas con sus predecesores». Aunque admitió que la política de Biden hacia el castrismo «está sujeta a revisión», añadió que su prioridad será la defensa de «la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley». Sobre Venezuela, Nichols apostó por mantener las sanciones como método de presión a Nicolás Maduro. «Creo que debemos mantener esa presión económica para negociar con un gobierno que ha demostrado que va a utilizar tácticas de demora para evitar el avance hacia elecciones libres y justas», dijo. Nichols de hecho urgió a los senadores a «apoyar al pueblo venezolano, tanto a nivel político, con líderes opositores como el presidente encargado, [Juan] Guaidó, además de impulsar la asistencia humanitaria y asegurar que el pueblo de Venezuela tenga acceso a ayuda».
Se da la circunstancia de que quien ahora ocupa el cargo de subsecretaria de Estado para Iberoamérica, Julie Chung, fue nominada el pasado 15 de junio como embajadora en Sri Lanka. Aún no hay fecha para su testimonio en la comisión de Exteriores del Senado, pero es previsible que abandone el cargo de responsable interina de la política iberoamericana proximamente.
Quien tiene el poder de desbloquear la candidatura de Nichols es el senador Bob Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, con ancestros cubanos y españoles, quien preside la comisión de Exteriores del Senado desde que los demócratas tomaran el control de esta, tras las pasadas elecciones. Menéndez ve una interconexión entre la represión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y ha denunciado que estos tres hayan adquirido armamento ruso, sugiriendo
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incluso que se les castigue con sanciones. Ha sido tan crítico con la Administración Trump como con la de Obama. De esta, en 2017, Menéndez llegó a decir: «Permitir que el régimen de Castro… regresara de manera constante y unilateral a la economía global sin compromisos para mejorar las condiciones del pueblo cubano solo envalentonó a una dictadura opresiva para fortalecer su dominio sobre sus ciudadanos».
Precisamente, según fuentes consultadas por ABC, lo que Menéndez quiere de la Administración Biden son garantías de que no volverá a cometer lo que a su entender fueron los errores de Obama, al restablecer las relaciones diplomáticas sin condiciones previas. Según varios informes de organizaciones humanitarias, la represión ha aumentado en Cuba, y tal y como ha denunciado la secretaria general de la Organización de los Estados Americanos, el castrismo ha interferido en Venezuela