Conforme las tensiones crecen por el conflicto entre Rusia y Ucrania, la comunidad internacional no ha cesado en la implementación de castigos contra la administración de Vladimir Putin, acciones que poco han repercutido en la pacificación entre las dos principales naciones involucradas, pero que han dejado a Moscú con cada vez menos aliados
De la paz al conflicto sólo bastaron un par de horas. Las declaraciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre reconocer a las regiones separatistas de Ucrania, Donetsk y Luhansk, siguen generando tensión.
Bajo el argumento de que los habitantes de estos territorios no han recibido ningún tipo de asistencia de las autoridades ucranianas durante años, Putin ordenó el envío de tropas a Donbás, lo que podría escalar a una invasión a Ucrania, de acuerdo con medios locales.
De concretarse el movimiento geopolítico, las sanciones hasta ahora dadas a conocer por la comunidad internacional tendrían menos peso, como las lanzadas principalmente por los países de Occidente, quienes han dejado en claro que las acciones del mandatario ruso violaron los derechos internacionales, incluido el Protocolo de Minsk, firmado con Ucrania para disminuir los conflictos entre ambas naciones.
Respecto a las represalias, por ejemplo, Alemania, el segundo socio comercial más importante de Rusia, decidió detener la certificación del gasoducto Nord Stream 2, poniendo en pausa uno de los intercambios más importantes en materia de economía bilateral, y el cual ya fue autorizado hace sólo unas semanas luego del encuentro entre el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente Putin.
Con esta decisión, Alemania deberá encontrar otro camino que le ayude a solventar más de un tercio de sus necesidades energéticas, las cuales eran cubiertas por los rusos desde la década de los 70.
“Ha habido un cambio dramático en la situación y ahora debemos reevaluar; esto incluirá Nord Stream 2. He pedido a nuestro ministro de Asuntos Económicos que realice un nuevo análisis de la seguridad del suministro energético. En las circunstancias actuales, la certificación no es posible”, declaró Scholz.
De igual manera, Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, aseguró que sancionaría a cinco empresas rusas, entre otras represalias que hasta el día de ayer se seguían analizando en la Cámara de los Comunes.
Por su parte, Estados Unidos, que desde hace semanas no ha abandonado su postura de que Rusia invadiría Ucrania, remarcó que entre sus sanciones está el bloqueo a dos instituciones financieras: el banco VEB y el banco militar, así como la penalidad para la élite rusa y sus respectivas familias.
“Eso significa que hemos cortado al gobierno ruso de la financiación occidental. Ya no puede recaudar dinero en Occidente y no puede negociar su nueva deuda en nuestros mercados o los europeos”, tuiteó Joe Biden, presidente norteamericano.
Ante estas múltiples represalias, la maestra Cristiana Godos González, especialista en Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, opina que aún es prematuro hablar del inicio de una próxima guerra, pues será cuestión de esperar las acciones que lleve a cabo Rusia.
“No podría decir que por el momento se va a dar una guerra, porque todos los esfuerzos que se están haciendo a nivel internacional son justamente para evitarla. Pero si las tropas rusas siguen avanzando más allá de estos territorios (de Donetsk y Luhansk), ahí va a estar el punto delicado. Será cuestión de esperar”, señala.
Entre los decretos internacionales que ha violado el representante de Rusia está el Protocolo de Minsk, cuyo objetivo es disminuir los conflictos con Ucrania
Detrás del reconocimiento
Ante la decisión del gobierno ruso de reconocer la independencia de Donetsk y Luhansk a ocho años de
Países como Alemania, Estados Unidos y Reino Unido han emitido sanciones contra el Kremlin para tratar de desincentivar sus acciones militares contra su país vecino
que ambas ciudades dejaran de estar fuera del control del Kremlin, el panorama internacional llegó a su máxima tensión debido a las faltas cometidas por el presidente Vladimir Putin.
Entre los decretos internacionales que violó el pasado lunes el representante de Rusia, está el Protocolo de Minsk, basado principalmente en la retirada de las tropas y del armamento ruso de Donbás.
Así también, Rusia faltó a la Carta de las Naciones Unidas, la cual establece en su Artículo 2 que “los miembros de la ONU, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado”.
Ante esta realidad, el doctor en Derecho Internacional y académico de la UNAM, Juan Manuel Portilla Gómez, enfatiza que Rusia podría poner en peligro a los ciudadanos ucranianos con la presencia de sus fuerzas armadas, pues aunque en las ciudades respaldadas hay una gran mayoría de prorrusos, las agresiones contra la gente que no lo es se suma a las violaciones de derechos humanos.
“Lamentablemente la ONU podría hacer muy poco tomando en cuenta que Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad y vetaría cualquier resolución que se pudiera dar. Así que por su parte no se espera mucho”, detalla.