Al menos en las últimas semanas, México ha venido experimentando la llegada de caravanas de inmigrantes en su mayoría procedentes de Venezuela y Nicaragua. Para este artículo, me enfocaré en Venezuela.
Primeramente, la violencia, pobreza, marginación que se vive en Venezuela es real. Las políticas socialistas han empobrecido a un país con enorme potencial económico, a tal grado que el PIB per cápita de Venezuela ha caído por debajo de otros países latinoamericanos. La producción petrolera ha caído 13 por ciento por año entre el periodo 2011-2021. Un país que antes recibía inmigrantes hoy expulsa a su gente.
Me recuerda la expresión de Milton Friedman: «Si pones al gobierno a cargo del Desierto del Sahara, en cinco años habría escasez de arena».
En el ranking de Libertad Económica del Instituto Fraser, Venezuela obtiene una nota de 3.32/10 y se encuentra en el lugar 165 de 165 países. Por esta razón Venezuela es el país más reprimido económicamente. Veamos los detalles de ese ranking. La inversión del gobierno es 88 por ciento de la inversión total.
Es bastante serio, la inversión del gobierno desplaza la inversión privada. El sistema legal en Venezuela es pésimo; no existe independencia judicial y los tribunales no son imparciales.
En cuestión de política monetaria, desde hace cuatro décadas, Venezuela ha tenido problemas inflacionarios, con una inflación de dos dígitos.
La inflación empeoró en 2018, Venezuela empezó a sufrir hiperinflación llegando a 65,374 por ciento. En cuestión de comercio internacional existen barreras arancelarias y no-arancelarias muy elevadas, Venezuela tiene las restricciones muy severas a la inversión extranjera, además tiene todos los controles de capital. Desde el 2002 ha existido un tipo de cambio paralelo.
En cuestión de regulaciones, Venezuela tiene la nota más baja en regulaciones. En regulaciones de crédito, la mayoría del crédito es absorbido por el gobierno, muy poco es otorgado al sector privado. Los bancos de Estado dominan el sistema financiero. Existen tasas de interés negativas. El mercado laboral es muy rígido, lo cual encarece la contratación de trabajadores, y por ende se desalienta la contratación.
En cuestión de regulaciones empresariales, es costoso abrir una empresa. Para las empresas existentes la carga regulatoria es imprevisible, pagar impuestos requiere muchas horas por la complejidad fiscal. La administración pública es pésima. Esta represión de la libertad económica ha generado pobreza, y ha reducido la calidad de vida.
Dada la existencia del infierno socialista en Venezuela, lo mejor que el gobierno puede hacer es debe facilitar todos los trámites migratorios, es menester ofrecer visas de trabajo para los migrantes que quieran quedarse en México, de esta forma puedan integrarse al mercado laboral y trabajar en la maquiladora, construcción, etc. Un mercado de trabajo flexible es la mejor manera de absorber este shock de refugiados con una visión humanista.