La crisis que vive Venezuela no solo afecta a su ciudadanía, empresas de otros países como Colombia también se han visto perjudicadas.
Los empresarios le han apostado a este país y los momentos de crisis han mostrado comportamientos disímiles en la permanencia de la inversión allí. El Banco de la República registra que el flujo de las inversiones hacia ese país suma 315 millones de dólares desde 1994, pero también que hasta 2003 la diferencia entre las inversiones hacia allá y la reversión de ellas dejaba un saldo positivo para Colombia.
A partir de 2009, la situación se tornó dispar. En este año hubo inversiones resultantes de 10,9 millones de dólares y en 2010, de 6,5 millones de dólares. 2011 fue negativo al tener desinversiones de 149 millones de dólares, que no pudieron ser compensadas en los siguientes: entre 2012 y 2015 la cifra alcanzó los 49,8 millones. Y en los últimos dos años el panorama es negativo en 80,2 millones de dólares.
Las exportaciones, solo en el último año, han caído 48 %, de 613,9 millones de dólares a 319,3 millones, y en 2006 llegaban a 2.701 millones, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Pese a ese panorama, algunas multinacionales han resistido la grave situación económica, por ejemplo Alpina y Grupo Nutresa. Otras no lo han hecho pues han enfrentado expropiaciones o fuertes pérdidas de dinero como los casos de Avianca, Grupo Éxito, Grupo Argos y Grupo Orbis (ver módulos).
Teniendo como referencia los casos de esas cuatro empresas en Venezuela, la pregunta clave es por qué las compañías de alimentos Alpina y Nutresa insisten en mantener operaciones en un país donde la hiperinflación, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará a 13.000 % al cierre de 2018, y donde hay cuatro tasas cambiarias (AirTM, DolarToday, LocalBitcoins y la oficial Dicom).
El presidente del Grupo Nutresa, Carlos Ignacio Gallego, sostuvo que para la compañía es fundamental permanecer en el tiempo para aprovechar ese mercado cuando pase la crisis. “Es un país con tasas de consumo per cápita que históricamente han sido mayores al promedio que hay en Latinoamérica”, apuntó.
En los estados financieros de 2017, se reseña que las compañías Cordialsa Noel Venezuela e Industrias Alimenticias Hermo de Venezuela, fueron consideradas subsidiarias hasta el 1 de octubre de 2016, tiempo desde el cual son instrumentos financieros, de los que no tiene control, debido a las condiciones de país. Hasta esta fecha, la operación allí representaba 2,93 % de las ventas netas.
El caso de Alpina es similar, aunque opera desde 1994, las cosas no marchan bien: “Las principales líneas y categorías han caído en producción de manera dramática”, aseguró a EL COLOMBIANO la vicepresidente Financiera de la compañía, Carolina Espitia.
La tragedia económica venezolana se sintetiza en una cifra clave: el Producto Interno Bruto (PIB), que este año se hundirá 15 %, para sumar un desplome sostenido de 51 % entre 2016 y 2019, según estimaciones del FMI.
Finalmente, algunos ven con esperanza ese mercado. Darío Germán Umaña, director de la Cámara Colombo Venezolana (CCV) afirmó: “Cuando uno piensa en Venezuela, el país con las mayores reservas internacionales de commodities en el mundo, dice que no es un país fallido sino con dificultades”