Un juez brasileño del estado de Roraima, fronterizo con Venezuela y puerta de entrada de más de 100 mil inmigrantes de ese país a Brasil, decretó, en una polémica decisión, la suspensión temporal de entrada de venezolanos por vía terrestre en esa región.
El juez Helder Girão Barreto, de la Justicia federal de Roraima y ya investigado por irregularidades, determinó suspender la entrada de venezolanos hasta que el gobierno del presidente Michel Temer acelere los planes para repartir a los recién llegados hacia otros estados de Brasil.
La medida que podría ser contestada en la Justicia por la Fiscalía brasileña por anticonstitucional, precisa que sólo se impida la entrada a los venezolanos (y no a otros extranjeros) que entren por tierra a través de la frontera de Roraima.
La controvertida decisión se produjo en medio de los reclamos de las autoridades de Roraima por la llegada de decenas de miles de inmigrantes venezolanos que escapan de la crisis social, política y económica de su país.
La semana pasada, la gobernadora de Roraima, Suely Campos, endureció las políticas de control a extranjeros y limitó el acceso a la sanidad para foráneos.
El texto ordena deportar a todos los extranjeros que cometan crímenes, distribuye las actividades de las fuerzas de seguridad en el control de inmigrantes y pide que los hospitales den prioridad a los nacionales en la atención de emergencias.
La decisión está motivada, según Suely, porque pidió cerrar la frontera del país a la Corte Suprema hace meses, debido a la “situación insostenible de la inmigración, la cual causa graves problemas sociales”.
El gobierno de Roraima asegura que los servicios sociales del estado –educación y sanidad– están saturados por la llegada de miles de inmigrantes en los últimos meses, y culpa al gobierno federal por no haber transferido recursos económicos para lidiar con esta situación.
Más de 127 mil venezolanos entraron en Brasil por tierra desde 2017, según datos del gobierno na- cional, aunque la mitad de ellos salió con destino a algún tercer país de América del Sur.
Desde el recrudecimiento de la crisis política, económica y social en Venezuela, cerca de millón y medio de personas salieron de ese país hacia destinos como Colombia, Brasil o Estados Unidos.