S/ u país está en quiebra económica. El hambre es rampante. La inflación marea y se espera que llegue a un millón por ciento a fin de año. Los hospitales se quedan sin medicamentos, equipos e incluso guantes. Sin embargo, mientras millones de venezolanos libran una batalla diaria por sobrevivir en su país, otros han encontrado un refugio para su dinero del otro lado del Océano Atlántico, en el mercado inmobiliario de Madrid.
Al caminar por Salamanca, un distrito lujoso de la capital española, Luis Valls-taberner, asesor de inversiones inmobiliarias, señala un inmueble recientemente adquirido por algún venezolano acaudalado en casi todas las calles. Valls-taberner no revela la identidad de los compradores. Asegura que algunas propiedades fueron adquiridas por medio de empresas de inversiones con sede en Miami y otros lugares, pero el dinero en todos los casos provino de Venezuela.
En 2017, los precios de las viviendas en Madrid se dispararon casi 17%, el aumento más significativo entre las ciudades españolas. Esto elevó el costo de vivir en el centro a niveles que no se habían visto desde 2007, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en España. El distrito de Salamanca, con sus tiendas de ropa de diseñador y sus resturantes lujosos, ha estado en el centro del auge, en parte, gracias a venezolanos ricos. Muchos son opositores al presidente Nicolás Maduro, que huyeron del caos político y económico que vive su país. Sin embargo, algunos están ligados a su gobierno y tal vez se encuentran preocupados por su futuro debido a las sanciones internacionales y el descontento social.
“A veces estoy en restaurantes de Madrid y al lado hay gente que me habría hecho sentir incómodo si la hubiera visto en Caracas”, mencionó Leopoldo López Gil, el padre de Leopoldo López, uno de los políticos que lidera la oposición y quien está en arresto domiciliario en Caracas, la capital de Venezuela.
Tan solo en Salamanca, según las estimaciones de algunas empresas inmobiliarias de Madrid, más de 7.000 apartamentos de lujo ahora son propiedad de venezolanos.
Aunque una parte del dinero de estas inversiones venezolanas proviene de asociados al régimen de Maduro, la mayoría es de familias que se hicieron ricas hace décadas, en una economía cuyo principal activo, el petróleo, fue nacionalizado en los años setenta.
DIVERSIDAD. “En Venezuela, las grandes fortunas siempre han estado conectadas entre sí y dependen de una buena relación con el Estado”, afirma Rolando Seijas, el fundador venezolano de SNB Capital, una firma de inversiones con sede en Madrid cuyas actividades van desde servicios de seguros hasta una fábrica de componentes electrónicos ubicada en el sur de España.
De hecho, algunos venezolanos se han convertido en empresarios exitosos en España: han abierto servicios de mensajería, restaurantes y tiendas, o han quedado a cargo de franquicias, como puede ser una cadena de comida rápida.
Los venezolanos no solo han comprado bienes inmuebles en España, sino también los han construido. En 2017, la familia Cohén, propietaria de una de las empresas inmobiliarias más grandes de Venezuela, abrió Sambil Outlet en las afueras de Madrid, el que se considera el centro comercial más grande de España.
Convierten edificio adquirido en Madrid en 12 apartamentos que son alto nivel.
VÍNCULOS. Ante la creciente presión internacional sobre Maduro, las autoridades españolas han reforzado el monitoreo del ingreso de dinero venezolano. Es una tarea difícil, de acuerdo con lo que señalan algunos abogados, pues los venezolanos acaudalados siempre han mantenido su dinero en el exterior para contrarrestar los controles de capital y las fluctuaciones de la moneda.
“España tiene la obligación de contrrolar la entrada de dinero, pero los venezolanos ricos, desde hace mucho tiempo, aprendieron que sus ahorros debían pasar a una moneda sólida, de preferencia en una cuenta en el exterior”, afirma Juan Carlos Gutiérrez, un abogado venezolano que se mudó a Madrid en diciembre pasado.
Debido a los lazos históricos que vinculan a España con América Latina, muchos venezolanos han utilizado su ascendencia familiar para solicitar el pasaporte español. Varios tienen familiares que huyeron de España en 1939, después que el general Francisco Franco ganó la Guerra Civil, mientras que otros han tenido acceso a un programa de ciudadanía por ser descendientes de judíos sefarditas expulsados del país en 1492. Los venezolanos también son los principales solicitantes del programa Visa Dorada de España, que ofrece residencia a extranjeros que compran una propiedad por valor de 500.000 euros (US$ 582.000) o más, una medida en vigor desde 2013 para ayudar a revivir la economía que había sido golpeada por la crisis.