La embajadora de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, anunció que su país pretende llevar la crisis sociopolítica de Nicaragua y las violaciones a derechos humanos ante el Consejo de Seguridad de este organismo mundial. Durante su visita a la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, la embajadora Nikki Haley enfatizó las denuncias de su gobierno sobre las violaciones a los derechos humanos en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“Necesitamos que todos los jefes de estado hablen sobre lo que está pasando. Es algo que estamos planteando ahora, nos han escuchado denunciar la situación en Cuba y Venezuela. Ahora estamos intentando que haya una reunión del Consejo de Seguridad sobre Nicaragua, y Bolivia es el próximo país del que debemos estar atentos”, declaró la funcionaria al ser consultada por un reportero de Radio Martí.
Según el excanciller nicaragüense Francisco Aguirre Sacasa, la embajadora Haley es una de las personas más influyentes en cuanto a las relaciones internacionales de Estados Unidos y lo que ella dice refleja la posición de la administración Trump. “En el fondo se quiere ampliar la constelación de países que estarían pronunciándose sobre la situación de Nicaragua. Pasaría de ser un tema hemisférico a un asunto mundial”, explicó Aguirre Sacasa.
La embajadora de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, anunció que su país pretende llevar la crisis sociopolítica de Nicaragua y las violaciones a derechos humanos ante el Consejo de Seguridad de este organismo mundial.
Durante su visita a la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, la embajadora Nikki Haley enfatizó las denuncias de su gobierno sobre las violaciones a los derechos humanos en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“Necesitamos que todos los jefes de Estado hablen sobre lo que está pasando. Es algo que estamos planteando ahora, nos han escuchado denunciar la situación en Cuba y Venezuela. Ahora estamos intentando que haya una reunión del Consejo de Seguridad sobre Nicaragua, y Bolivia es el próximo país del que debemos estar atentos”, declaró la funcionaria al ser consultada por un reportero de Radio Martí.
MAYOR PRESIÓN INTERNACIONAL
Según el excanciller nicaragüense Francisco Aguirre Sacasa, la embajadora Haley es una de las personas más influyentes en cuanto a las relaciones internacionales de Estados Unidos y lo que ella dice refleja la posición de la administración Trump. “En el fondo se quiere ampliar la constelación de países que estarían pronunciándose sobre la situación de Nicaragua. Pasaría de ser un tema hemisférico a un asunto mundial. En el caso de que se llevase el caso podrían decidir imponerle sanciones internacionales económicas y políticas al gobierno de Daniel Ortega”, explicó Aguirre Sacasa.
Carlos Tünnermann, exdiplomático y miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, sostiene que si se llegara a obtener una resolución a nivel del Consejo de Seguridad, “estas no se pueden eludir porque son de obligatorio cumplimiento; ahí no se puede estar alegando asuntos de soberanía e injerencismo”.
Aguirre Sacasa dijo que en Naciones Unidas se podría esperar una mayor presión para un adelanto de las elecciones y las intenciones del Gobierno de incorporar a la ONU al diálogo nacional se verían afectadas. “Daniel Ortega ha buscado cómo incorporar a la ONU en el diálogo nacional, esto significaría que en el mismo foro donde el Gobierno pretende auxiliarse, podrían sancionarlo”, advirtió.
Aguirre Sacasa y Tünnermann coinciden en que una posible discusión del caso de Nicaragua en el Consejo de Seguridad de la ONU representa mayor presión internacional contra el gobierno nicaragüense. El Consejo de Seguridad de la ONU tiene cinco miembros permanentes: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, China y Rusia, todos con derecho a veto. “Basta con que un país miembro del Consejo Permanente haga la propuesta de abordar la crisis para que haya una sesión”, explicó el exdiplomático Francisco Aguirre Sacasa.
LA CRISIS
Nicaragua cumple este sábado 116 días de crisis desde que iniciaron las protestas contra el Gobierno el 19 de abril, cuya represión y enfrentamientos han dejado entre 317 y 448 personas muertas, según organismos de derechos humanos.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, declaró en mayo pasado que “las protestas constituyen un cuestionamiento de la legitimidad misma del Gobierno opresivo. No podemos permitir que los pocos regímenes autoritarios que aún sobreviven arrastren a todo el hemisferio”.