La grave situación que enfrenta el país vecino hace que muchos de sus conciudadanos se sientan atrapados en él, y a pesar de tener claras las intenciones y haber juntado un poco de dinero para emigrar, lo más difícil, complicado y costoso para consolidar el plan, resulta ser la obtención de un pasaporte, lo que le corta las alas al propósito de buscar una mejor calidad de vida afuera.
“Mi esposo viajó a Chile, era imposible mantenernos porque aquí no hay sueldo que aguante la inflación. Estoy buscando la manera de irme con mi bebé, pero no ha sido posible conseguir el pasaporte del niño a pesar de insistir todos los días con el Servicio Administrativo de Identificación Migración y Extranjería (Saime). Un funcionario me dijo que eso se soluciona pagando 1.500 dólares (…) no tenemos tanta plata”, relató Isabel Ramírez, una joven docente venezolana.
Ante la imposibilidad de encontrar la salida legal de Venezuela y el ingreso a un tercer país, miles de personas optan por alternativas poco convencionales y además ilegales que ponen en riesgo no solo su estatus migratorio, también la vida.
El pasado 11 de julio, Migración Colombia implementó en los tres puentes internacionales que unen a Venezuela con el departamento Norte de Santander, el uso de un dispositivo electrónico para verificar la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF), único documento válido, a parte del pasaporte, para que los venezolanos ingresen al país.
El resultado a pocas horas de la revisión: 21.000 tarjetas migratorias falsas, informó el Director General de Migración, Cristian Krüger.
Controles no son suficientes
La fiscalización y retención de las TMF fraudulentas no detiene la ola de venezolanos que sin pasaporte buscan la salida del país, incluso “empresas organizadas” ofrecen el servicio de traslado desde cualquier estado venezolano hasta la frontera, incluyendo tickets para un tercer país.
“Por cada pasajero que monte sin pasaporte en el autobús para la frontera, la empresa me paga 3.000.000 de bolívares ( unos 2.550 pesos). Hay días en que se van hasta 10 personas sin pasaporte, otros día solo uno. Tratamos de ayudar a la gente y así me ayudo yo. Es un trabajo informal pero gracias a esa diligencia de captar clientes es que puedo llevar la comida a mi casa”, dijo Enrique Carmona, quien trabaja en la terminal terrestre del estado Mérida a 243 kilómetros de la frontera.
A pesar de los estrictos controles implementados por Colombia en los puentes interna- cionales, la realidad es otra al margen del río Táchira, y en los caminos verdes o trochas por donde a diario decenas de venezolanos cruzan en busca de una salida a la crisis nacional.
“No tenemos pasaporte y no ha sido posible la renovación ni obtener uno nuevo. Gracias a Dios aquí en la frontera hay ángeles que lo ayudan a uno a llegar a Colombia sin papeles. Mi hermana y yo vamos a Perú porque ya es insostenible seguir aquí”, dijo Álvaro Machado, un joven ingeniero venezolano quien acompañado de su hermana Cristina, se aventuraron a cruzar el río para llegar desde Ureña a Cúcuta.
Autoridades en alerta
Al pasar la aduana de San Antonio, entre la fila interminable de personas saliendo del país y bajo la discreción de las autoridades fronterizas se oye el susurro: “te llevamos a Colombia, Perú, Ecuador, con documentos y sin documentos”, son los denominados “arrastradores” que cobran hasta 80.000 pesos o 30 dólares por cruzar sin ningún tipo de documento la línea limítrofe entre Venezuela y Colombia.
El alcalde del municipio de Villa del Rosario, en el Norte de Santander, Pepe Ruiz, hizo un llamado al Gobierno Nacional para que ayuden al control y la seguridad ante la oleada de venezolanos que a diario llegan a esa localidad en busca de un transporte que los lleve bien sea al interior o a otro país sin pasaporte.
“Hay poco control por parte de las autoridades, incluyéndome como alcalde, para evitar que los buses carguen no solo sin los permisos correspondientes sino que también llevan personas de manera ilegal”.
La misma queja fue presentada por Diomar Velazco, secretaria de Tránsito de Norte de Santander, quien precisó que “el Ministerio de Transporte está trabajando en posibles sanciones a empresas que vienen expendiendo pasajes y movilizando personas provenientes de Venezuela de manera ilegal”, agregó.
Las empresas que operan en Colombia ya tienen sucursales en casi todos los estados de Venezuela y ofrecen paquetes completos de traslado no solo hasta Cúcuta, también a Ecuador, Perú (los más buscados), Argentina y Chile, con o sin pasaporte en mano