La aparición del bolívar soberano causó ayer en Caracas más colas y confusión frente a los cajeros automáticos y disparó a su vez otra tragedia que levanta grandes tensiones en la región del Cono Sur: el éxodo masivo de venezolanos. Decenas de miles de ellos huyen de su país hacia Ecuador, Colombia, Brasil y Perú. Salen de diversos puntos del país y de la propia capital, que ayer apenas respaldó el paro nacional convocado por una oposición dividida. El régimen de Maduro no cesa de consolidar la pobreza y llenar las carreteras de migrantes.
La aparición de los billetes del nuevo cono monetario –que eliminan cinco ceros a la moneda en medio de la hiperinflación– produjo ayer grandes filas y confusión frente a los cajeros electrónicos en Caracas. A pesar de que la oposición llamó a una huelga general de 24 horas, abrieron la mayoría de los comercios de la capital, mientras que pocos empresarios se unieron al paro y otros dijeron estar ajustándose a los cambios.
Restar cinco ceros al bolívar genera confusión en la población, que no confía en que el aumento salarial de 3.400% decretado por el presidente Nicolás Maduro vaya a parar el alza de los precios. Por eso, los venezolanos son protagonistas de un éxodo masivo que levanta grandes tensiones en toda la región del cono sur.
«Vine a consultar para ver cuánto tenía en la cuenta, pero el cajero no está dando dinero. Cuando vi la cuenta me sentí rara, porque ahora tengo menos cantidad. Hoy entré a una farmacia y vi los precios accesibles, con el sueldo que puso el presidente creo que sí va a alcanzar. El miedo que tengo es que los empiecen a aumentar», dijo a EL MUNDO Yusmary Márquez, trabajadora del Ministerio de Turismo.
Sin embargo, Daniel Matía, un ingeniero de 27 años, teme que los precios vayan a aumentar aún más, por lo que arregla los trámites para sacar su pasaporte italiano (sus abuelos son de ese país) e irse cuanto antes. «Aquí el dinero ya no me sirve para nada», indicó.
Tras los anuncios de Maduro, aumentó considerablemente el tránsito de venezolanos desde el fronterizo estado Táchira (oeste) hacia Colombia. «Cada día pasan entre 10.000 y 16.000 venezolanos a Colombia. La mitad está en tránsito, pues se va a otro país», dijo a EL MUNDO una fuente del consulado colombiano en Venezuela.
Jennifer Duarte, administradora, se mostró angustiada por el aumento de los precios tras los anuncios presidenciales. «Hoy vi la cola [del cajero automático] y me puse a hacerla, duré como 20 minutos en la fila. Saqué 20 bolívares, con dos tarjetas, que son dos millones de los de antes. Con eso apenas me compro un café, no sirve para nada», señaló.
El Gobierno anunció también que permitirá que la banca pública y privada compre divisas de cambistas callejeros a cualquier persona, pero no venderlas. El economista Leonardo Vera dice que «el Ejecutivo quiere captar dólares por donde sea», en medio de la caída de la producción petrolera.
Desde hace unos 10 meses, Venezuela registra una hiperinflación que, de acuerdo con estimaciones del FMI, hará que la subida de precios supere 1.000.000% al cierre de este año, algo que, según analistas, se verá agravado por las recientes medidas económicas del Gobierno, que incluirán un eventual aumento de la gasolina más barata del mundo (con un euro vendido en el mercado negro se compran más de nueve millones de litros).
De acuerdo con las cifras de la ONU, más de dos millones de personas han abandonado el país debido a la fuerte crisis económica, lo que genera tensiones migratorias en países como Colombia, Brasil, Ecuador y Perú. En la ciudad fronteriza de Paracaima, en el estado brasileño de Roraima, manifestantes locales quemaron parte de un campamento de venezolanos, después de acusarlos de participar en un robo a un comerciante local. «Fuera venezolanos», gritaban los manifestantes. Otros países como Perú y Ecuador intentan restringir la llegada de venezolanos con el establecimiento de nuevos requisitos, como la exigencia de un pasaporte de entrada, un documento de difícil trámite en Venezuela.
En el caso de Ecuador la medida dejó varados a miles de venezolanos en el puente internacional de Rumichaca, en Colombia, país en el que ya existe una fuerte tensión debido al flujo migratorio. Esta vía era usada por los migrantes para llegar hasta otros destinos del continente como Perú y Chile.
Sin embargo, algunos ven algunos signos de mejoría con la nueva moneda. «Se ha visto que la ciudad está empezando a resurgir después de esta reconversión monetaria. Los bancos están trabajando y dando efectivo, aproximadamente 10 bolívares [equivalentes a un millón de los antiguos]. He podido hacer transferencias, pagos y todo ha ido normal», dijo César Aguirre, un contador de 38 años, tras retirar efectivo.
Como respuesta a los anuncios, la oposición convocó una huelga general de 24 horas que obtuvo un tibio respaldo de la población. Andrés Velásquez, el dirigente que lideró el llamamiento a la protesta, admitió que no fue acatada «por la totalidad del pueblo» y valoró en un 60% la paralización de actividades. «Esto es una serie de luchas y de paros previos a la huelga general de Venezuela», explicó.
La protesta no fue respaldada por partidos del opositor Frente Amplio ni por Fedecámaras, la central patronal del país, a quienes Velásquez pidió respaldo en próximas convocatorias. «Espero que en las próximas acciones que hagamos estén incorporados los mayores sectores de la vida política y de la sociedad», dijo. Velásquez afirmó que algunos pequeños comerciantes fueron amenazados con cárcel o agresión física –por parte de integrantes del Gobierno– si no abrían sus puertas.
De acuerdo al dirigente, los sectores de transporte y comercio fueron los que más respaldaron la protesta. Destacó que la huelga se acató con mayor fuerza en los estados de Lara, Carabobo, Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre. «Nosotros decidimos sumarnos a este paro como forma de protesta por el desastre económico que vive Venezuela, agravado en los últimos días por las absurdas medidas de la reconversión», indicó Javier Rodríguez, gerente de una inmobiliaria en el sureste de Caracas.
También fue notorio el silencio de otros integrantes del Frente Amplio –como el ex candidato presidencial Henrique Capriles o el presidente del Parlamento de mayoría opositora, Omar Barboza– que agrupa a sectores políticos y sociales que se oponen a Maduro. Dirigentes del partido Voluntad Popular, fundado por Leopoldo López, dieron su respaldo. «El paro nacional es un reinicio. Este esfuerzo que está haciendo es para manifestarnos y reunificar todas las manifestaciones que ya están corriendo en las calles», expresó el diputado Juan Guaidó.