El Ministerio de Exteriores alemán convocó ayer al embajador de Arabia Saudí en Berlín, según confirmó la portavoz, Maria Adebahr, después de que la canciller Merkel anunciase que no autorizará la exportación de más armas a Riad hasta que se aclare la muerte del periodista Jamal Khashoggi. La gran coalición debe decidir todavía si mantiene la entrega del armamento ya comprometido pero pendiente de enviar. Mientras tanto, Berlín desea promover entre los socios europeos una suspensión de conjunto. El ministro alemán de Economía, Peter Altmaier, instó ayer a la UE a defender una posición común ante Arabia Saudí. «Solo en el caso de que todos los países europeos estén unidos podrán hacer mella en el Gobierno de Riad», declaró. La ministra austríaca de Exteriores, Karin Kneissl, apoyó la iniciativa alegando que un «incidente tan grave no debería quedar sin consecuencias». Desde Bruselas, sin embargo, se advierte que hay disparidad de opiniones.
«Las consultas se están manteniendo en diferentes niveles y contextos. En relación con las armas, tenemos una posición común: la responsabilidad final es de los Estados miembros y está en sus manos», dijo ayer la portavoz de Exteriores del Ejecutivo comunitario, Maja Kocijancic, quien indicó por otra parte que las licencias de exportación deben denegarse «cuando exista un riesgo manifiesto de que el receptor previsto pueda utilizar la tecnología o los equipos militares para agredir a otro país».
Por unanimidad
Según el informe europeo más reciente, del año 2016, 15 países de la UE (Austria, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Polonia, Rumanía, España, Suecia y el Reino Unido) vendieron armas a Arabia Saudí durante ese ejercicio. Los Estados miembros pueden optar por imponer un embargo total de armas a un país, pero esta decisión debe tomarse por unanimidad de los 28 y, según fuentes comunitarias, no es algo que se esté considerando.
Arabia Saudí es el tercer país del mundo que más dinero dedica a defensa. Obtiene casi dos tercios de sus armas de Estados Unidos, según el Instituto Internacional para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que calcula que España es el cuarto proveedor con el 2,4% de las ventas.
Las empresas alemanas han vendido armas en lo que vade año por valor de 416,4 millones de euros a Arabia Saudí, lo que convierte a este país en su segundo mayor receptor. El presidente de la multinacional alemana Siemens, Joe Kaeser, canceló ayer su participación en la «Iniciativa de Inversión Futura» (FII) que se celebra en Riad este mes, también conocida como el «Davos del Desierto», explicando que «Siemens es un socio confiable y comprometido, pero la verdad debe salir a la luz y se debe hacer justicia». «Nosotros, por nuestra historia, sabemos a qué puede conducir si no habla hasta que es demasiado tarde», añadió en referencia al nazismo. La empresa alemana es uno de los mayores patrocinadores de esta conferencia, con la que el reino saudí pretende llamar la atención sobre su Vision 2030, plan para abrirse a inversiones extranjeras y diversificar su economía, muy dependiente del petróleo. Siemens está construyendo en la actualidad dos grandes proyectos en Arabia Saudí, como la nueva línea de metro de Riad.