CARACAS – El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, advirtió ayer desde Egipto, donde participa en la cumbre entre la Liga Árabe y la UE, de que “no todas las posiciones están sobre la mesa. Hemos advertido claramente de que España no apoyaría, y condenaría firmemente, cualquier intervención militar extranjera, que esperamos que no se produzca”, declaró en relación con los acontecimientos de Venezuela. El sábado se vivieron graves choques entre las fuerzas de seguridad y la población civil al intentar evitar el chavismo la entrada en el país de ayuda humanitaria por las fronteras con Colombia y Brasil. Al menos cuatro personas murieron y 285 resultaron heridas, muchas de ellas por la acción de grupos parapoliciales de apoyo al líder bolivariano, Nicolás Maduro.
El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, que el sábado se encontraba en Colombia supervisando el intento de paso de productos de primera necesidad en camiones a Venezuela, afirmó ayer que “todas las opciones están abiertas” tras el frustrado intento de introducir esa ayuda humanitaria.
Guaidó se encuentra en Bogotá para asistir hoy, lunes, a la reunión del Grupo de Lima, en el que se encontrará con los 14 países americanos que lo conforman y el vicepresidente de EEUU, Mike Pence.
El presidente interino de Venezuela espera contar con el respaldo de los dirigentes reunidos en la capital colombiana y no descarta ninguna opción, como puede ser una intervención militar. Una idea que se vio reforzada por las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien recalcó que “todas las opciones están sobre la mesa” y que Washington “tomará medidas” tras los acontecimientos del sábado. “Los días de Maduro están contados”, zanjó.
Un grupo de organizaciones del exilio cubano, venezolano y nicaragüense en EEUU defendieron ayer la opción de una intervención militar de carácter internacional en Venezuela a fin de que pueda entrar la ayuda humanitaria.
Por su parte, el presidente colombiano, Iván Duque, trató de bajar el tono al asegurar que el Grupo de Lima, deberá “arreciar” el cerco diplomático a Nicolás Maduro, sin dejarse llevar de “discursos belicistas”.
Desde el régimen, el canciller de
Venezuela, Jorge Arreaza, acusó a Pompeo de estar “desesperado” buscando un “pretexto para la guerra”, después de que éste condenara los “ataques” de la fuerza pública contra civiles en medio de los disturbios de este sábado. “@Secpompeo y sus sicarios están desesperados por fabricar un pretexto para la guerra. Hoy la operación le salió mal. Si quiere ubicar a quienes quemaron el camión con falsa ayuda humanitaria, que lo busque entre sus asalariados. #Trumphandsoffvenezuela”, dijo en Twitter.
El ministro de Información venezolano, Jorge Rodríguez, acusó a militantes opositores venezolanos de la quema el sábado de dos camiones cargados con alimentos y medicinas que hacían parte del primer lote de ayudas que el antichavismo pretendía ingresar desde Colombia para aliviar la severa crisis que atraviesa Venezuela. “Hay algunos indicios de que en esos camiones no había nada, porque ya estaban predestinados para ser quemados (…), los que están sobre los camiones son los mismos que después los quemaron”, dijo el ministro.
INVASIÓN Por su parte, Maduro manifestó que el convoy humanitario que intentó entrar el sábado en el país, organizado por la oposición desde Colombia y Brasil, escondía una invasión dirigida por EEUU. En su cuenta de Twitter, también acusó a los organizadores del multitudinario concierto del viernes en la frontera colombiana, en apoyo a la entrada del convoy, de servir a los planes norteamericanos. “Trataron de tapar con un concierto y una supuesta ayuda humanitaria en la frontera, un plan que ha sido develado y anunciado por (el presidente de Estados Unidos) Donald Trump. Llamo a la solidaridad internacional con la Patria de Simón Bolívar”, manifestó Maduro.