A seis años de la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez, la situación en ese país se ha deteriorado rápidamente debido a las crisis económica, política y humanitaria; la hiperinflación, más de 3 millones de refugiados, la escasez de alimentos y medicamentos.
Los canales de una negociación están cada vez más cerrados y el presidente Nicolás Maduro en los últimos años utilizó los diálogos con la oposición para ganar tiempo, por ello es que no hay confianza.
El 23 de enero, Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional, se proclamó presidente interino de Venezuela y ha obtenido el respaldo de más de 50 países de Europa, América Latina, Asia y EU.
El 23 de febrero, diversos Estados, encabezados por Colombia y EU, mandaron ayuda humanitaria a Venezuela que no ingresó debido a la represión de grupos paramilitares del gobierno, que dejó muertos y heridos, lo que puede disuadir a la oposición de seguir manifestándose en las calles.
A pesar del aislamiento diplomático del presidente venezolano y de las medidas que le impuso EU de reducir drásticamente las exportaciones petroleras venezolanas, su mayor fuente de ingreso, Maduro continúa en el poder. ¿Por qué?
Él todavía cuenta con el apoyo de la cúpula militar, que desde el inicio del régimen chavista fue favorecida con altos cargos en la administración, el control de las empresas públicas, algunos negocios ilícitos y de la corrupción del régimen. Es decir, la institución castrense controla gran parte de la economía venezolana, por lo que conserva el poder y Maduro garantiza esta situación, a pesar de la amnistía ofrecida por Guaidó para que lo abandone.
También cuenta con el respaldo internacional de países como Bolivia, Cuba (adiestramiento militar), China y Rusia. Estos dos últimos países tienen su propia agenda, intereses económicos y geopolíticos. Rusia y China son proveedores de armas a Venezuela y éste les debe una gran cantidad de dinero. Putin ha visto en Venezuela una oportunidad para amenazar a EU desde su zona de influencia. Hay que recordar que la relación entre EU con China y Rusia es tensa.
Por otro lado, después de la negativa del ingreso de ayuda humanitaria, Estados Unidos y Guaidó han expresado que “todas las opciones están sobre la mesa”, discurso que fortalece al presidente Maduro, quien maneja la tesis que ello es una intervención del gobierno estadounidense con sectores conservadores de Venezuela para derrocarlo, logrando la cohesión de sus seguidoresy el apoyo de China y Rusia, quienes han expresado que lo anterior es «un asalto frontal y una injerencia sin vergüenza en Venezuela”. Estos vetaron una resolución en Naciones Unidas de EU que pedía la celebración de elecciones presidenciales libres y el ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela.
Los países europeos y latinoamericanos han manifestado su rechazo a una intervención armada.
Por todo lo anterior, no se vislumbra una salida fácil de la crisis. Mientras la cúpula militar respalde al presidente Maduro, China y Rusia lo apoyen con recursos económicos y militares, y con los canales para un diálogo cerrados, la población venezolana es la única víctima de esta situación sin fin.