La economía de Venezuela nuevamente retrocede y los economistas consideran que lo que se vivió en los primeros meses del año 2022 fue una simple ilusión. Las tasas de cambio de dólar paralelo y oficial siguen en aumento, al punto de que en los últimos días el paralelo se ubicó en 17 bolívares, un incremento que se dio en menos de 24 horas después de estar a 15 bolívares.
La economía de Venezuela nuevamente retrocede y los economistas consideran que, lo que se vivió en los primeros meses del año 2022, fue una simple ilusión, pues las tasas de cambio de dólar paralelo y oficial siguen en aumento, al punto que este jueves 8 de diciembre el paralelo se ubicó en 17 bolívares para este viernes, un incremento que se dio en menos de 24 horas después de estar a 15 bs.
Mientras que el dólar oficial que indica el Banco Central de Venezuela este jueves se ubicaba en 12.66 bolívares, el viernes subió a 13,59 bolívares.
El economista José Guerra, coordinador del Observatorio Venezolano de Finanzas dijo a La Opinión que en lo que va del mes de diciembre se registra una devaluación del 35%, cifra mayúscula.
“Lo que está pasando es el colapso del modelo económico, la aparente sensación de bienestar se está derrumbando arrastrado por la caída del bolívar frente al dólar, lo que lleva a que los salarios y pensiones hayan caído de manera dramática”, expuso.
Guerra detalló que el Banco Central
“Lo que está pasando es el colapso del modelo económico, la aparente sensación de bienestar se está derrumbando”.
José Guerra
de Venezuela no tiene reservas, y esto no tiene forma de revestirse de manera sencilla, porque el gobierno no tiene dólares, por cuanto vaticinó que el año va a cerrar muy mal con una caída del bolívar estrepitosa y con un arranque de año 2023 terrible.
Así pues, el sueldo mínimo en Venezuela ya equivale a 7 dólares, adicional a ello el precio del petróleo está cayendo a nivel global, aunque la licencia de Chevron puede provocar cierta mejoría, expuso el experto.
“Es decir, toda la ilusión de que estábamos bien se ha derrumbado”, expresó el economista, lo que deja al descubierto la realidad de Venezuela, “que es un país empobrecido y arruinado”, dijo.
Refirió que el gobierno de Nicolás Maduro al entrar en desespero recurre al control de precios, que aún no ha sido anunciado de manera oficial, solo algunos voceros han expresado la posibilidad de volver al control de precio, lo que podría desatar de nuevo el contrabando de productos de Venezuela hacia Colombia y la escasez. Por ello, el economista vislumbró que para el 2023 habrá una economía con grandes falencias.
El economista Aldo Contreras expuso que el diferencial entre el dólar BCV y el paralelo es de un 22.81%, lo que está haciendo que las empresas pierdan prácticamente su utilidad. El dólar oficial ha tenido una variación del tipo de cambio 293% y una depreciación del 65.88%, mientras que el paralelo los 11 meses del año ha variado 358% y se ha depreciado un 72%, indicó Contreras.
Luego de dos años, el gobierno habla de retomar la política de control de precios en más de 40 productos de consumo masivo, según informó el diputado chavista Jesús Faría, presidente de la Comisión de Economía y Finanzas del Parlamento, sin precisar cuáles artículos estarán dentro de este control ni cuando entrará en vigor.
El parlamentario aseguró que la medida se discutió y acordó con productores en vista de una reciente «alteración en la dinámica de precios», algo que alertó al Gobierno pues, remarcó, se mantienen «atentos contra la especulación».
La semana pasada, la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) publicó, y borró minutos después, una lista de precios máximos de venta al público -en productos como el arroz, la harina, el aceite y el azúcar-, algo que no ocurría desde abril de 2020, cuando fijaron tarifas sobre 27 alimentos.
El oficialismo empezó a regular precios en 2015, una política que se fue endureciendo hasta 2018, y en Táchira, durante el gobierno del oficialista Vielma Mora, incluso aplicaron capta huellas para controlar la compra de productos como harina, azúcar, crema dental, entre otros. Los controles comenzaron a flexibilizarse, seguido por un trienio de liberalización económica en medio de la cual se resolvió la escasez de alimentos y fármacos que afectó a la población durante un quinquenio.