No se trata de un bloqueo comercial como el que Washington impuso a la Cuba castrista en 1962. Lo que persiguen las últimas sanciones a Venezuela es aumentar la presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro, “una respuesta a su usurpación continua del poder”, según el secretario de Estado, Mike Pompeo. Lo que hace la última orden ejecutiva del presidente Trump es bloquear todos los activos y propiedades que el Ejecutivo de Maduro pueda tener en EEUU con el objetivo de aislarlo aún más económicamente y excluirlo del sistema financieron internacional, basado en el dólar. Pero también coloca a la empresa estadounidense Citgo, filial de la venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA), bajo la tutela del líder opositor Juan Guaidó. Citgo es el principal activo de Venezuela en EE UU. El alcance de esta maniobra de la Casa Blanca trasciende las fronteras venezolanas. Con estas medidas, Trump quiere dar un aviso a Rusia y China, aliados de Maduro. En concreto, la orden autoriza al secretario del Tesoro, en consulta con el de Estado, a “imponer sanciones a aquellas personas que dan apoyo a Nicolás Maduro y a su régimen ilegítimo”, detalló en un comunicado la Administración estadounidense. De manera contundente, en la reunión de Lima, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, pidió a Pekín y Moscú que retiren su apoyo a Maduro y les dijo que, si siguen respaldándolo, es posible que nunca puedan recuperar el dinero que le están prestando, puesto que el Ejecutivo venezolano ha visto menguados sus ingresos. La orden no implica restricciones para las transacciones que el Gobierno de Maduro haga en relación con alimentos, ropa y medicinas. tes: ya antes de salir, el republicano arremetió contra los “demócratas de la izquierda radical” y la prensa progresista, en la misma retórica agresiva que muchos consideran responsable del odio y la división que lastra al país.
Medios locales citaron a la alcaldesa de Dayton, Nan Whaley, quien se declaró “decepcionada” con los comentarios del presidente sobre el tema de las armas en EEUU. La regidora le reiteró a Trump “la importancia” de actuar respecto al control de armas y que le manifestó que los habitantes de esa localidad “están esperando una acción desde Washington” en ese sentido. La demócrata Whaley animó a los 140.000 habitantes de Dayton a “levantarse y decirle (a Trump) que no están contentos” con su presencia en la ciudad de Ohio.
Desde la cuenta de Twitter de la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, escribió: “El presidente, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, se reúnen con pacientes en el Hospital Miami Valley en Dayton. Han agradecido el diligente trabajo del personal médico”, describiendo esos momentos como “muy intensos”. Grisham indicó que el presidente estadounidense, que no tuvo ninguna actividad que supusiera contacto con el público, les dijo a las víctimas y sus familiares reunidos en el hospital que “Dios los está mirando” y les aseguró que su Administración está con ellos “todo el tiempo”.
Posteriormente fue a El Paso, donde el candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Beto O’Rourke, natural de la localidad texana, dijo ayer que Trump no debería ir a la ciudad “por haber creado el odio que hizo posible la tragedia del sábado”.
El hecho de que no mencionara expresamente a la comunidad hispana, objetivo declarado del ataque en El Paso, enfureció a muchos vecinos de la ciudad fronteriza. Ayer por la mañana, antes de su viaje a Ohio y a Texas, el presidente descartó corregir la manera en la que acostumbra a hablar de los inmigrantes. “La inmigración ilegal es una cosa terrible para este país”, aseveró, “tenemos a muchísima gente viniendo, están derramándose por este país”.