«¿Y ahora, quién podrá ayudarnos?», preguntaba el periódico El Nacional en su editorial del sábado. El periódico resaltaba que el sistema de salud venezolano «solo puede compararse con el estado del sistema inmunológico de una persona desnutrida. Ambos son extremadamente vulnerables a cualquier enfermedad. Y esa emergencia no es nueva, porque la mayoría de la población está en muy malas condiciones. Una vez más los afectados serán los que menos tienen».
El viernes se confirmaron los peores temores de médicos venezolanos: el gobierno de Nicolás Maduro informaba que la pandemia de coronavirus había llegado a Venezuela y ya se reportaban dos casos de personas contagiadas. Los dos pacientes regresaban de Europa y llegaron al país el pasado 5 de marzo. Ambos están en el estado Miranda y están aislados. Ayer, además, se portaron otro ocho casos. El Gobierno declaró el estado de alarma, las clases fueron suspendidas, así como los eventos deportivos, y se prohibieron las concentraciones en lugares públicos. El jueves, antes de conocerse los casos confirmados, Maduro había ordenado la suspensión por un mes de todos los vuelos a Venezuela desde Europa y Colombia.
Lo que médicos y empleados de organizaciones sanitarias en territorio venezolano temen es que «el país tiene una extrema debilidad en relación a epidemias como esta», aseguró recientemente Julio Castro, médico venezolano. Advertía que el país no tenía un boletín epidemiológico desde 2016 y así era muy difícil enfrentar la llegada del coronavirus. Pero Maduro dice que está listo, que hay 54 hospitales listos para atender la crisis y hasta dijo que tenían la cura para el mal que ya a causado más de 5.000 muertos en todo el mundo.
El sistema de salud venezolano fue construido en tiempos del chavismo y durante años no ha tenido la modernización ni el seguimiento debido, dicen epidemiólogos y médicos especializados que temen un rápido contagio del virus. Incluso hace dos años, NacionesUnidas dijo que en el país había una crisis humanitaria por la escasez demedicinas, la migración del personal médico y el terrible estado de las instituciones sanitarias.
JuanGuaidó, por su parte, informó que «nuestro equipo de expertos, con el respaldo de la Organización Panamericana de la Salud y Naciones Unidas, han determinado que nuestro país es uno de los más vulnerables ante los efectos del coronavirus debido a la emergencia compleja que tenemos seis años denunciando».
Dos presidentes, diferentes soluciones
Dificultades para superar esta crisis hay muchas en Venezuela. Una de las mayores es el hecho de que, desde inicios del año pasado, tiene dos presidentes que se consideran legítimos. Esto implica que las decisiones que se toman van por dos frentes diferentes casi siempre. El gobierno colombiano, por ejemplo, solo dialoga con Guaidó, a pesar de los constantes llamados que Maduro afirma haberle hecho a Iván Duque para que se sienten a negociar una estrategia para frenar el virus.
El tema no es de poca monta, teniendo en cuenta que la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó en la noche del sábado que uno de los venezolanos que salieron positivo de coronavirus provenía de Cúcuta.
Miedo en las calles
Tras el «estado de alarma» que declaró Maduro el viernes, muchos transeúntes portaban mascarillas este sábado en Caracas, mientras otros adquirían agua, papel sanitario y alimentos. «Uno nunca sabe. Capaz decretan el toque de queda o algo así», manifestó a la AFP Andreína Rubio, de 57 años, esperando en fila para comprar varias botellas de agua en un supermercado del este caraqueño.
Por su parte, el presidente colombiano, Iván Duque, anunció como medida de control del coronavirus en el país, en donde ya se han reportado 19 casos, el cierre de los pasos fronterizos con Venezuela, medida que Rodríguez tachó de «grotesca». «El cierre de la frontera promueve el uso de otros caminos (…) que no cuentan con ningún tipo de control epidemiológico», afirmó la vicepresidenta, asegurando haber solicitado la intervención del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en el asunto.
«Con las experiencias que tenemos con nuestras autoridades, que siempre ocultan las cifras o las maquillan, me daba bastante miedo. Cuando Maduro dijo que había dos casos recientemente, estoy segura que son mucho más. Lo más díficil es saber las condiciones terribles en las que están nuestros hospitales. (…) Lo otro es que aquí hay personas que viven del día a día y seguramente no podrán guardar cuarentena» indicó Carmen Julia Díaz, caraqueña de 51 años.
«Sí, tengo miedo pero no es el virus. Me preocupa más la incertidumbre de no saber si nos están diciendo la verdad. Todos sabemos que nuestra situación sanitaria no es la mejor, y no solo en los hospitales, no tenemos agua en términos generales. Adicionalmente sabemos que históricamente el gobierno nos oculta información y al no conocer la verdad sobre los casos (especialmente la cantidad de casos en el territorio al día de hoy), me preocupa que sean muchos más de los que se dicen», expresó Paola Licón de 25 años.
“No le creo nada al gobierno, por lo tanto me parece que estamos desinformados y que los casos son más de los que han hecho públicos.
Por mí no me preocupa, pero por mimamá quetiene 64 años yfuma sí”, indicó Luis Miguel Núñez de 32 años.
Sin agua ni luz en los centros médicos
El informe de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, encabezada por la expresidenta chilena Michelle Bachelet, presentó en 2019 un informe en el que mencionó que la escasez de agua en los hospitales y clínicas venezolanas era un «factor subyacente determinante de la salud». El documento, concluyó que la situación de salud del país es «grave».
Hania Salazar, presidenta del Colegio de Enfermeros de Zulia, dijo a la prensa de su país que no existen condiciones sanitarias apropiadas en ninguno de los hospitales de la región para atender, a pacientes infectados con coronavirus: «Los centros de salud carecen de agua potable, jabón antiséptico para lavado de manos de personal y pacientes». Hospitales reportaron entonces que no tienen medicamentos, equipos quirúrgicos e insumos como mascarillas, sueros y termómetros, pero muchos denunciaron que faltaba agua y los cortes eléctricos son frecuentes.
De acuerdo con la ONG Médicos por la Salud, que desde 2014 hace informes sobre las condiciones de más de cien centros sanitarios de Venezuela, a finales de 2019 la escasez de medicamentos, las fallas de los servicios públicos y de equipos continuaba en los principales hospitales del país. En la más reciente Encuesta Nacional de Hospitales, entregada en septiembre de 2019, “el desabastecimiento era del 50 %”.
La Organización Panamericana de Salud anunció que enviaría misiones de apoyo a los países de la región que «conllevan un mayor riesgo», una lista que incluye a Venezuela, Haití, Surinam, Guyana, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Bolivia, Paraguay y las islas del Caribe oriental.
*Daniela Rojas reportó desde Caracas, Venezuela
‘‘ Los centros de salud carecen de agua potable, jabón antiséptico para lavado de manos de personal y pacientes». Hania Salazar, presidenta del Colegio de Enfermeros de Zulia.