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El duro camino de la parálisis a la recuperación

La salida de la crisis económica que va a provocar en España la pandemia del coronavirus está llena de obstáculos La evolución de la enfermedad a más corto plazo y una respuesta eficaz a nivel europeo serán claves

  • Cinco Días
  • 21 Mar 2020
  • NURIA SALOBRAL

Cri sis sanitaria, económica y esta semana también f i nanciera. La pandemia del coronavirus ha caído sobre España como un meteorito, de forma fulminante e inesperada, y después de una semana en estado de alarma surgen muchas más dudas que certezas. Cuánto durará la cuarentena, cuándo comenzarán a remitir los contagios, en qué momento la epidemia se podrá dar por controlada y la gran pregunta para el día después: cuál será la factura que quedará de todo esto en los hogares y las empresas españolas. La realidad del más corto plazo no invita al optimismo sobre la situación económica, a la vista del aumento incesante de contagios y menos aún después de que haya amenazado con declararse esta semana un nuevo incendio, de infausto recuerdo para el bolsillo de los españoles y con capacidad para multiplicar el daño económico del coronavirus. La prima de riesgo, el gran termómetro de cuánto le cuesta al país endeudarse para financiar su gasto público, también se disparó esta semana y solo la intervención contundente y apresurada del Banco Central Europeo logró frenar su escalada.

En la tormenta perfecta en que está sumido estos días el país se combinan el colapso sanitario, una realidad que ha llegado ya a la capital, la parálisis radical de la actividad –con medidas tan extremas para el determinante sector turístico como el cierre de todos los hoteles– y el encarecimiento del coste de financiación. De todos los peligros, solo este último parece haber quedado conjurado, al menos de momento, con el arrollador programa de compras anunciado por el BCE, mucho más rompedor que cualquiera de los anteriores ya que esta vez permitirá adquirir deuda de los países más en apuros sin limitaciones, a discreción. Pero las turbulencias financieras que ha activado el coronavirus, convertido ya oficialmente en el gran cisne negro que empuja a la economía global a la recesión, ha abierto también la caja de Pandora en la UE, que en esta crisis afronta de nuevo el desafío de que no se rompan sus costuras.

Los líderes políticos coinciden en que ante el virus es necesaria una respuesta efectiva y unánime, aunque por ahora esté siendo desigual y sean los respectivos miembros del euro los que toman la iniciativa en sus países. La receta de los Gobiernos sí está siendo común: la aplicación de millonarios planes con los que facilitar la liquidez a las empresas e impedir que un problema temporal de pago, hasta que pase la epidemia se convierta en el camino a la quiebra. El recuerdo de la pasada crisis es demasiado reciente y ha dejado una herida de desigualdad y precariedad laboral que el coronavirus amenaza con agravar.

El Gobierno español anunció esta semana un paquete por 200.000 millones de euros, de los que 100.000 millones serán garantías de crédito a pymes. La gran pregunta ahora es si las medidas anunciadas hasta el momento para combatir el impacto económico del virus serán suficientes para reaccionar con rapidez y que, cuando baje la marea, no aparezcan incalculables restos del naufragio.

“Descarto una recuperación en V”, asegura Raymond Torres, director de coyuntura y análisis internacional de Funcas. En su opinión, la gran cuestión aún por resolver es cuánto durará el contagio del virus, pero incluso aunque sea derrotado con relativa rapidez en España, la economía del país se verá condicionada por la evolución de la pandemia en el resto del mundo. Así, mientras China ya ha vuelto a retomar la actividad, el coronavirus tiene ahora su epicentro en Europa y la magnitud que tome en su expansión por Estados Unidos será determinante para la economía global, y por supuesto para la española. “La cadena de suministros internos e importados está rota y habrá importantes desfases temporales en la producción”, advierte Torres, que también apunta a otros dos grandes elementos de incertidumbre. El impacto que el virus tendrá en el consumo en España, que tras el shock de estos días no se recuperará con rapidez, y en el empleo. El Gobierno ha anunciado medidas para favorecer los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en lugar de que las empresas despidan abiertamente. “Sin embargo, hay contratos temporales que cuando venzan, sencilla

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