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EL HOMBRE DE EU EN VENEZUELA

Elliott Abrams es el diplomático elegido por el gobierno estadounidense para intervenir en la crisis venezolana, sin embargo, tiene un historial de respaldo y participación en conflictos violentos

  • Reporte Indigo Monterrey
  • 29 Jan 2019
  • Por mariana recamier mariana.recamier@reporteindigo.com

Elliott Abrams es el nuevo enviado especial de Estados Unidos para tratar la situación en Venezuela, no obstante, el diplomático tiene un historial que incluye participación y respaldo en casos en los que se denunció violaciones a derechos humanos y muerte de civiles.

Especialistas aseguran que la elección de Abrams es un mensaje para que la comunidad internacional entienda que Estados Unidos no dará un paso atrás en el caso de Venezuela.

El secretario de Estado Mike Pompeo anunció el nombramiento del diplomático el viernes pasado y dijo que será un verdadero activo en la misión de restaurar la democracia y la prosperidad en Venezuela, sin embargo, analistas de todo el mundo se sorprendieron porque se eligió a un hombre con un pasado oscuro.

El político es conocido en América Latina y Oriente Próximo porque respaldó la guerra de los militares en El Salvador y fue condenado por mentir al Congreso durante el escándalo Iráncontra. También fue uno de los arquitectos de la invasión a Irak en 2003.

“Con la elección de Abrams, Estados Unidos le dice a Venezuela que el encargado de la política relacionada con el régimen de Maduro es quien estuvo en operaciones donde hubo terrorismo de Estado, guerra sucia de los militares hacia la población civil y todo tipo de maniobras necesarias para derrocar un gobierno”, explica el analista político Juan Pablo Galicia.

Abrams asumió su nuevo reto de inmediato. Acompañó a Pompeo en la sesión que se celebró el sábado pasado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a pedido de Esta- dos Unidos para discutir la crisis en Venezuela.

Todo sucedió después de que el gobierno de Estados Unidos reconoció el nombramiento del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como mandatario del país caribeño.

“Es una jugada que busca infundir miedo y anunciar que la intervención de Estados Unidos es seria”, asegura Galicia.

El analista agrega que el perfil de Abrams responde a la lógica de la Guerra Fría, periodo en el que una potencia geopolítica se enfrentaba a otra para proteger sus intereses. El especialista detalla que los gobiernos estaban dispuestos a intervenir en los conflictos internos e incluso a matar para el bienestar de sus países.

La internacionalista Arlene Ramírez Uresti agrega que Estados Unidos seleccionó a Abrams porque es un diplomático que conoce la clase política venezolana y todas sus aristas.

“Conoce con quién se puede aliar Estados Unidos y quién puede ayudarlos a concretar un golpe de Estado sin que el ejército salga a la calle y sin que el gobierno estadounidense tenga que enviar militares de apoyo para la defensa de la ciudadanía venezolana”, comenta la doctora en relaciones internacionales.

La historia de Abrams con Venezuela no es reciente. El medio británico The Observer publicó que el político tuvo conocimiento anticipado del intento de golpe de Estado de Venezuela contra Hugo Chávez en 2002.

Sin embargo, una investigación realizada por el inspector general del Departamento de Estado reveló que en esa ocasión Estados Unidos alertó a Chávez de los planes de golpe y le advirtió de una amenaza de asesinato en su contra.

La especialista añade que Abrams todavía tiene vínculos con las personas que estaban a favor de Hugo Chávez. Además, menciona que el político conoce al grupo de chavistas que están en contra de Nicolás Maduro. Ese sector de la oposición se puede sumar a la gente que

Es el mismo que estuvo en operaciones donde hubo terrorismo de Estado y guerra sucia de los militares hacia la población civil”

quiere sacar al presidente bolivariano del poder.

“Hay una parte de la oposición que le quiere dar un golpe de Estado a Nicolás Maduro para instalar un régimen neochavista. El problema de Venezuela no es sólo quitar a Maduro es desincrustar a toda la clase política heredada por Hugo Chávez”, asegura Ramírez Uresti.

La especialista opina que los políticos chavistas pueden llegar al poder e implementar un gobierno con características de dictadura como resultado de la intervención de Estados Unidos.

Juan Pablo Galicia Analista político

Internacionalista

“Una intervención podría significar que Estados Unidos le dé la posibilidad a los grupos chavistas de llegar al poder con tal de sacar a Maduro y eso traería en el corto plazo otra insurrección, es decir, otro golpe de Estado y esa es una técnica que usó Estados Unidos en varios países de América”, dice la internacionalista.

La especialista añade que lo que sucede ahora en Venezuela ocurrió anteriormente en otros países como Nicaragua y Honduras. Dice que los gobiernos en los dos países surgieron a partir de enviados de Estados Unidos a estabilizar y pacificar la región. A la larga se establecieron gobiernos que reprimieron a los ciudadanos.

Ramírez Uresti comenta que la intervención de Trump en Venezuela se debe a que el republicano quiere tocar las fibras sensibles de los migrantes venezolanos para obtener su voto en las próximas elecciones.

La internacionalista concluye que Trump también interviene porque quiere asegurar una relación comercial con Venezuela para posteriormente levantar el embargo y comprar petróleo.

Una historia turbia

Abrams es considerado un conservador que en su carrera diplomática abogó por el liderazgo de Estados Unidos en el orden mundial. Tiene 70 años y es investigador sobre el Medio Oriente en el Council on Foreign Relations. Llegó a la política nacional por primera vez cuando se desempeñó como Subsecretario de Estado para los Derechos Humanos y Asuntos Huabrams

Conoce con quién se puede aliar Estados Unidos y quién puede ayudar para concretar un golpe de Estado sin que el ejército salga a la calle”

manitarios a principios de la década de 1980 y más tarde como Subsecretario de Asuntos Interamericanos durante la administración del presidente Ronald Reagan. Durante esa etapa, Abrams se enfrentó con grupos religiosos y organizaciones de derechos humanos, incluidos Human Rights Watch y Amnistía Internacional, sobre las políticas exteriores del gobierno de Reagan. Lo acusaron de encubrir los actos cometidos por las fuerzas militares de los gobiernos respaldados por Estados Unidos, como los de El Salvador, Honduras y Guatemala, y los rebeldes Contras en Nicaragua.

A principios de 1982, cuando los informes de la masacre de civiles por parte de militares en El Salvador comenzaron a aparecer en los medios estadounidenses, le dijo al comité del Senado que la información “no eran creíble”.

En marzo de 1993, la Comisión de la Verdad salvadoreña informó que 5 mil personas fueron ejecutadas en El Mozote en diciembre de 1981 por fuerzas afiliadas al estado salvadoreño.

Por otra parte, Abrams fue condenado por esconder información al Congreso de Estados Unidos en el caso Irán-contra, pero posteriormente fue indultado por George H. W. Bush.

De acuerdo con Oliver North, uno de los asesores de Reagan, el gobierno de Washington le vendía armas a Irán de forma secreta para financiar a la guerrilla de la Contra, grupos que luchaban contra el gobierno sandinista en Nicaragua.

Con ese historial sobre la espalda, Abrams ahora es el encargado de llevar a puerto democrático un país que tiene dos

presidentes.

Arlene Ramírez Uresti

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