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El me­ta­ver­so que pre­pa­ra Chi­na: al­ta tec­no­lo­gía con­tra la sub­ver­sión

El Pais

Manuel G Pascal

Sep 29 2022

El Gobierno chino no parece dispuesto a dejar pasar el tren del metaverso, ese mundo digital inmersivo todavía por construir que prometen empresas como Meta. La idea que prevalece en los altos despachos de Pekín no es competir contra EE UU para ver quién logra liderar esta nueva carrera, sino confeccionar un metaverso doméstico a la medida del Partido Comunista Chino (PCCh). Uno que permita a las compañías competir en el plano tecnológico, clave en la estrategia de futuro del gigante asiático, y que a la vez no altere lo que el Gobierno llama “paz social”.
La maquinaria estatal ya ha echado a rodar. Solo el año pasado se registraron en China más de 10.000 marcas comerciales relacionadas con el metaverso, frente a las menos de 1.000 de 2020 o 2019. Y en lo que va de 2022 ya han solicitado registro 16.000 más. Tencent, Alibaba y Baidu, las big tech patrias, están invirtiendo en el metaverso, aunque sus cifras están todavía lejos de las de Meta o Microsoft. ByteDance, creadora de TikTok, la plataforma de videojuegos BiliBili y la desarrolladora de gafas de realidad aumentada Nreal son otras de las que están posicionándose. Morgan Stanley cree que el mercado del metaverso chino (o chinaverse) alcanzará los 8,2 billones de euros y JP Morgan estima que moverá unos 138.000 millones de euros antes de fin de año.
El pistoletazo de salida oficial lo dio el CICIR, un importante think tank chino, en octubre del año pasado. Pocos días después de que el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, hiciera pública su apuesta total por el metaverso, el centro de estudios publicó un informe que examina los desafíos para la seguridad nacional que plantea este nuevo entorno, en lo que se considera el primer pronunciamiento oficial del PCCh sobre el asunto. “Tendrá un importante impacto social, político y económico en los países”, incluyendo la “seguridad política y cultural”, y “podría provocar cambios importantes en la estructura social”, reza el texto. Conclusión: hay que estar ahí, pero conviene que esté bien controlado.
Ese octubre se constituyó el Comité Profesional de la Industria del Metaverso, un organismo con el que el Gobierno coordina a científicos y a unas 150 empresas. “Vamos a abrazar la cuarta generación de internet, que será la era del metaverso”, señaló Luo Jun, el secretario general del Comité. Eso supone “promover el progreso del nuevo mundo digital y servir a nuestro país para contribuir al desarrollo de la economía digital”, escribió Wu Zhongze, ex viceministro de Ciencia y Tecnología.

WOtras voces han sido más críticas. El mediático economista Ren Zeping, por ejemplo, alertó de que el metaverso podría causar un descenso en los índices de matrimonios y de natalidad, si la ciudadanía acaba prefiriendo relacionarse a través de medios virtuales. El People’s Daily, un medio del PCCh, publicó el año pasado varios artículos en los que se decía que el público “debería ser racional al entender la actual manía por el metaverso” y que quienes estén comprando propiedades virtuales “se pueden quemar”. El Economic Daily, otro medio controlado por el aparato, también advirtió sobre la necesidad de controlar la especulación de activos en el metaverso.
Pero la decisión ya está tomada. Así se escenificó en el World Metaverse Congress 2022, una gran conferencia celebrada en Pekín que reunió este verano a la industria y a altos funcionarios. El Gobierno ha puesto en marcha un fondo para apoyar a las startups enfocadas en el metaverso. “Es un enfoque descentralizado, como ya se ha hecho con la industria aeroespacial: se coordina desde el Estado y se ejecuta localmente”, subraya Raquel Jorge, analista de política tecnológica del Real Instituto Elcano. Pekín presentó en agosto un plan bianual (2022-2024) en la línea del que presentó Shanghái, que está dotado de 52.400 millones de euros.
Uno de los motivos de esta aproximación es que el metaverso en realidad no es una sola tecnología, sino una amalgama de varias: inteligencia artificial (IA), computación en la nube, realidad virtual y aumentada, plataformas de pago, simulación de gráficos, robótica… “Primero trabajarán en la industria básica para desarrollar innovaciones que puedan complementar a otras que ya tienen en marcha”, sostiene Jorge.
Hegemonía

Pekín decidió en 2017 que para 2030 quería liderar la industria de la IA. Anunció una inversión de más 126.000 millones de euros, una suma inalcanzable para cualquier otro país. En 2018, China ya acaparaba el 57% de las patentes en ese campo y contaba con 17 de las 20 instituciones más relevantes a escala mundial, según un estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. La pregunta que planea ahora es: ¿recibirá el metaverso cantidades comparables?
“China no considera el metaverso un sector estratégico, al menos de momento. Sí lo son la IA, las ciudades inteligentes, la computación y el internet de las cosas. Pekín sabe que con eso le alcanza para tener la hegemonía tecnológica”, opina Ekaitz Cancela, investigador de la Universitat Oberta de Catalunya. “Han visto la gran apuesta de empresas como Meta o Microsoft y están a la expectativa, quieren dejar todo preparado hasta ver qué ocurre. Si el metaverso se queda en una burbuja, avanzará en las tecnologías que lo componen y las aprovechará en otros desarrollos. Y si la cosa va en serio, estará lista para apretar el acelerador y no perder cuota de mercado”, añade.
Los ciudadanos chinos son el objetivo soñado por los impulsores del metaverso. El 62% de los jóvenes consume videojuegos, el mayor filón para el metaverso. Según datos del Foro Económico Mundial, el 75% de los chinos afirma saber qué es el metaverso, frente al 28% de los franceses.
Por supuesto, todo el que quiera formar parte del chinaverse deberá pasar el filtro del Gobierno. Eso ya pasa con los videojuegos, que están fuertemente regulados. El Gobierno estudia crear un sistema de registro para acceder al metaverso que le permita controlar la posible influencia de algunas comunidades en el discurso político o económico. Cuando los consumidores estén listos para darle una oportunidad al metaverso, “entonces habrá una adopción masiva de esta tecnología a un nivel que no creo que veamos en Occidente”, asegura un empresario estadounidense del sector con proyectos en el gigante asiático.

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