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EL PETRO FANTASMA

Lanzada como salvadora de Venezuela, no hay evidencia del comercio de criptomonedas o de las reservas de crudo citadas

  • El Occidental
  • 3 Sep 2018
  • BRIAN ELLSWORTH/ Reuters
No importa la cantidad de petróleo que contenga, el área carece de la infraestructura necesaria para extraerlo/

ATAPIRIRE, Venezuela. Cuando uno escucha al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, esta remota aldea de mil 300 almas parece estar a la vanguardia de la innovación en las criptomonedas. Ubicada en una sabana aislada en el centro del país, Atapirire es la única ciudad en un área que según el gobierno está rebosante con 5 mil millones de barriles de petróleo.

Venezuela asegura que esas reservas son el respaldo de una moneda digital llamada «petro», que Maduro lanzó en febrero. Este mes aseguró que será la piedra angular de un plan de recuperación para esta nación sumergida en la crisis.

Sin embargo, Atapirire muestra poca actividad de la industria petrolera. Los únicos equipos visibles eran máquinas pequeñas y envejecidas instaladas hace años. Varias fueron abandonadas y están cubiertas de maleza.

Lo cierto es que el petro es difícil de detectar casi en cualquier parte.

Una búsqueda de cuatro meses arrojó muy poca evidencia de un próspero comercio del petro. La moneda no se vende en ningún lugar importante de intercambio de criptomonedas. No se conocen tiendas que lo acepten.

Los pocos compradores que se pudieron localizar fueron aquellos que publicaron sus experiencias en foros de criptomonedas en línea. Ninguno quiso identificarse. Uno se quejó de haber sido «estafado». Otro dijo que había recibido sus petros sin problemas; culpó a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela

y a la «terrible cobertura de prensa» por dañar el debut de la criptomoneda venezolana.

Altos funcionarios del gobierno han dado declaraciones contradictorias. Maduro afirma que las ventas de petros han recaudado 3 mil 300 millones de dólares y que la moneda se está utilizando para pagar las importaciones.

Pero Hugbel Roa, un ministro del gabinete involucrado en el proyecto, dijo que la tecnología detrás de la moneda todavía está en desarrollo y que «nadie ha podido hacer uso del petro (…) ni se ha recibido el recurso».

Incluso la Superintendencia de Criptoactivos, la agencia gubernamental que supervisa el petro, es un misterio. En el Ministerio de Finanzas, donde se supone que se encuentra la Superintendencia, una recepcionista informa que «todavía no tiene presencia física aquí».

Maduro añadió mayor confusión al anunciar este mes que los sueldos, las pensiones y el tipo de cambio de la diezmada moneda de Venezuela, el bolívar, ahora se vincularían al petro. Ese movimiento generó desconcierto en las calles de Venezuela y entre los economistas y los expertos en criptomonedas, que dicen que es inviable anclar la moneda al petro.

«No hay forma de vincular precios o tipos de cambio a un ‘token’ que no se comercializa, precisamente porque no hay forma de saber a cuánto se vende realmente», dijo Alejandro Machado, un venezolano ingeniero en computación y asesor de cadenas de bloques que ha seguido de cerca al petro.

El caos refleja la desesperación y la desorganización que parece estar atrapando al gobierno de Nicolás Maduro mientras Venezuela se desmorona.

Los registros digitales asociados con el «token» no brindan suficiente información para determinar cuánto fue realmente recaudado, según los expertos, que se muestran escépticos sobre las afirmaciones de Maduro de que el petro ya trajo miles de millones en divisas al país.

A diferencia de los compradores de reconocidas criptomonedas como Bitcoin o Ethereum, los titulares de petros son difíciles de encontrar.

Un sitio para ubicarlos puede ser un foro en línea de criptomonedas llamado Bitcointalk, donde los compradores de petros comenzaron a publicar mensajes a principios de 2018.

En algunos mensajes, varios se quejaron de la falta de información y los retrasos en obtener sus monedas. Uno dijo que no pudo transferir o vender los «tokens».

«Hasta ahora sí, nos han estafado, el tiempo dirá si fue una buena inversión o no», escribió un inversor llamado cryptoviagra el 25 de junio.

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