Si no tienes seguridad, te están echando del lugar de residencia, comienzas a tener una situación de calle. Eso es lo que estamos viendo en Colombia y Ecuador, esta gente se está viendo abocada a retornar. Se trata de un panorama de doble afectación.
Desde 2015 Venezuela vive una emergencia humanitaria compleja y una violación sistemática de los derechos humanos: Eran personas que venían huyendo de su país por la situación, y que los países de acogida no han podido garantizarles sus derechos plenamente. Ahora, se ven exacerbadas esas vulneraciones por la pandemia. En Venezuela no están dadas las condiciones que garanticen a las personas sus derechos al regresar (…) Las condiciones en que están siendo recibidos y acogidos los retornados en los puntos de la frontera del lado de Venezuela son bastante precarias, que ponen en riesgo mayor la salud y el bienestar de los migrantes. No es un retorno voluntario ni seguro.
Lo que está sucediendo no es un retorno de refugiados ni migrantes forzados, sino que obedece a una coyuntura. Debe hacerse un llamado concreto a los Estados a no olvidar, en medio de la coyuntura, sus compromisos y deberes en el marco de protección en los derechos de los migrantes y refugiados