Al igual que el resto de países latinoamericanos, Colombia vive tiempos convulsos por culpa de la pandemia del Covid19 y la tensión política regional. En el bicentenario de la constitución de la Gran Colombia, el presidente colombiano, Iván Duque (Bogotá, 1976), voz firme y clara contra la dictadura de Nicolás Maduro, recibe en el Palacio de Nariño a ABC tras aprobar el Estatuto de Protección Temporal para cerca de 1,8 millones de emigrantes venezolanos
—¿Cómo están las relaciones entre Colombia y Venezuela?
—Las relaciones de Colombia con el pueblo venezolano son fraternas y es interesante ponerlo en perspectiva. Este año estamos conmemorando los 200 años de la Constitución de Cúcuta, que fue la Constitución con la que nació la gran Colombia –Colombia y Venezuela–. Tenemos la imagen común de nuestro libertador nacido en Venezuela y también de aquellos que lucharon por nuestra libertad a su lado cruzando el páramo de Pisba. Hay historia pero también hay fraternidad. Durante una parte del siglo XX vimos cómo muchos colombianos fueron a Venezuela y fueron recibidos con los brazos abiertos. Hoy Colombia ha demostrado el gesto más grande de fraternidad humanitaria en inmigración, al garantizar el Estatuto de Protección Temporal para cerca de 1,8 millones de emigrantes venezolanos. Pero al igual que tenemos esa fraternidad con el pueblo de Venezuela, denunciamos que la dictadura de Nicolas Maduro es la causante de esta tragedia humanitaria.
—¿Ha dejado sola la comunidad internacional
a Colombia en la búsqueda de soluciones y de ayuda humanitaria para este gran éxodo humanitario?
—Sin duda es la crisis humanitaria migratoria más grande del mundo después de la de Siria. Son más de cinco millones de venezolanos que han dejado su país y el 34% están en Colombia. Mientras la comunidad de donantes ha aportado 3.000 dólares por migrante en la crisis de Siria o 1.600 en la de Sudán, para la crisis venezolana es solo de 300 dólares por migrante. En comparación, la diferencia es obvia.
En Colombia hemos tenido que hacer un gran esfuerzo fiscal en medio de una pandemia, de una recesión y de todo lo que ha traído consigo este Covid-19. Pero Colombia ha demostrado que tiene hoy una política y un compromiso de fraternidad con Venezuela para otorgar a 1,8 millones de migrantes su tarjeta de estatuto de protección temporal con reconocimiento biométrico el año entrante. No somos un país rico. Además, hemos tenido que afrontar gran parte de los costos, pero entendemos que aquí la relación que se crea a largo plazo va a ser de tan magnitud en materia de fraternidad que cuando cese la horrible noche de Venezuela y empiece la reactivación de Venezuela, Colombia va a estar ahí presente con los lazos inquebrantables que habrá forjados con tantos ciudadanos venezolanos en nuestro país.
—¿Cómo afronta Colombia la nueva realidad del narcotráfico?
—Bajo nuestro Gobierno, Colombia ha logrado las tasas de homicidio más bajas en más de 40 años. Además, hemos conseguido las menores cifras históricas de secuestros en los dos últimos años, un delito que hizo tanto daño a este país. En lo que tiene que ver con narcotráfico es muy complejo porque entre el año 2014 y 2018, cuando yo llegué a la Presidencia pasamos de menos de 65.000 hectáreas de coca a más de 200.000 hectáreas de cultivos ilícitos y teníamos que estabilizarlo y lo logramos. Empezamos una senda de reducción a pesar de la pandemia, y aun así el año pasado logramos las mayores incautaciones de droga de la historia de nuestro país y logramos la erradicación manual de 130.000 hectáreas de cultivos ilícitos. Evidentemente con un alto riesgo de resiembra. Por ello, estamos avanzando hacia una política de aspersión con precisión según los protocolos establecidos por la corte constitucional. El narcotráfico es el combustible de la violencia. El narcotráfico es el que está detrás de los asesinatos de los líderes sociales, y por eso nosotros tenemos una política de enfrentar todas esas estructuras de manera multidimensional pero con gran efectividad en el territorio.
Nuestra lucha es contra la criminalidad organizada y todos estos grupos como ELN, el Clan del Golfo, los Pelusos, los Caparros, además de las disidencias de las FARC que están protegidas en Venezuela por Nicolás Maduro y sus grandes cabecillas. Todos ellos están detrás del negocio del narcotráfico y la extracción ilegal de minerales. El narcotráfico ha sido la peor tragedia que ha tenido nuestro país y por eso nosotros tenemos que combinar todas las herramientas para enfrentarlo y es lo que hemos intentado y hemos logrado en nuestro gobierno.
—¿Son las disidencias de las FARC una amenaza real para la seguridad y la implementación de los acuerdos de paz en el país? ¿Qué está pasando en Arauca?
—Las disidencias de las FARC son una manifestación de individuos que se burlaron del proceso de paz. Ivan Márquez fue el jefe negociador y esta nuevamente en el hampa. Alias Jesús Santrich era un congresista de las FARC y hoy está en el hampa. El Paisa incumplió y hoy esta en el hampa. Ivan Mordisco, Gentil Duarte, el Loco Iván… Todos incumplieron al país y están en armas desde antes de que yo llegara a la presidencia. Por eso nosotros hemos enfrentado estas estructuras y denunciando en todos los foros la protección que tienen todos estos cabecillas en territorio venezolano por Nicolas Maduro. Lo que se ha visto en Arauca es una confrontación por narcotráfico. Es muy preocupante ver cómo existen vínculos del Cartel de los Soles con esas estructuras del narcotráfico.
—¿Cómo ha sido gestionar la pandemia del Covid-19?
—Ha sido un reto muy grande. Me enorgullece que hayamos logrado duplicar las unidades de cuidados intensivos, aumentar la capacidad de hacer pruebas, adquirir vacunas para 35 millones de colombianos, poner en marcha el
«La crisis migratoria venezolana es la más grande del mundo tras la de Siria»
«Hemos logrado las tasas de homicidios y secuestros más bajas en los últimos 40 años»
programa social mas grande jamás creado en la historia de nuestro país, beneficiando a cerca de 10 millones de hogares y por supuesto, proteger el empleo formal a más de 3,5 millones de trabajadores. También hemos dotado de un mecanismo de garantía de crédito donde por cada 100 pesos nosotros garantizamos 90 para muchas empresas, logrando así proteger sus nóminas y adaptarse a la nueva situación que vino con la pandemia. Para mi esto ha sido algo motivante.
Sin embargo también es duro procesar que a la hora afrontar una situación tan complicada como la del Covid-19,
hay quienes no dejan de seguir en mezquindades políticas y buscando la fractura de la sociedad cuando todos deberíamos estar unidos enfrentándonos al virus, pero eso es también parte de la realidad y desafortunadamente también se ha visto en el mundo. En contrapartida hemos visto también mucha solidaridad, mucha capacidad inventiva y creatividad de la gente para adaptarse a una situación tan compleja. Hoy el reto más grande es que el país logre la vacunación masiva, la reactivación segura y pueda hacer transformaciones sociales sostenibles.
En lo personal me ha servido mucho refugiarme en la fe y que la fe me ayude en los momentos más difíciles para ser resiliente y sobre todo para no dejar que la malicia y la mezquindad política de algunos contamine mi alma.
—¿Cuál es el estado de salud de las relaciones bilaterales entre Colombia y España?
—Yo tengo un gran afecto por España. He mantenido una relación muy buena con su Majestad el Rey Don Felipe. He tenido una muy buena relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y hemos tenido recientemente también la visita de Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores de España
Existe mucha inversión en Colombia de empresas españolas y también existe mucha presencia de colombianos en España y por todo esto para mí la relación con España es muy importante. Nosotros lo que más valoramos a día de hoy en nuestra relación con España es el interés de España en colaborar con la atención con la crisis migratoria. Para nosotros esto es muy importante y creo igualmente importante que la voz de España sea cada vez más fuerte para denunciar los atropellos de la dictadura de Nicolas Maduro.
Nosotros hemos contado con una participación muy importante de firmas españolas en varios proyectos. Ahora estamos por terminar el corredor entre la ciudad de Pasto y Rumichaca. También está presente capital español en otras infraestructuras importantes
El presidente Iván Duque, trabajando en su despacho
como es el puente Pumarejo, lo hemos visto en concesiones de aeropuertos, en las expansiones de la conectividad donde queremos llegar al 70 % de la población con internet de alta velocidad.
—¿Cómo son las relaciones entre Colombia y la nueva administración estadounidense?
—Colombia es el principal aliado de Estados Unidos en América Latina y el Caribe. El año entrante estaremos celebrando 200 años de relación diplomática. Hemos tenido en los últimos veinte años una relación bipartidista muy importante y yo veo que con el presidente Biden y su equipo estamos caminando hacia una agenda binacional que pueda cubrir los próximos diez años donde estén presentes los temas de seguridad, inversión, cambio climático, protección al emigrante… Creo que será un gran camino para fortalecer la relación diplomática y llevarlo a una nueva etapa después de lo que ha sido la experiencia del Plan Colombia.
—¿Cómo le gustaría ser recordado por los colombianos y la comunidad internacional?
—La política, para muchos, es un juego de astucia, de trampa, de mentira y de engaño. Yo más que un político soy un servidor público y mi interés es servirle a la ciudadanía. Tengo el honor de hacer la política en la que creo. En la política de ideas, de principios, que defiende el interés general sobre el particular y el desapego por la vanidad del poder. Llegué a la Presidencia como el presidente más joven de la historia de mi país. Soy el presidente más votado en la historia de Colombia y ser consciente de la importancia de esos dos hechos me ha hecho ponerlos siempre al servicio de las causas en las que creemos. Cuando yo deje la presidencia, el 7 de Agosto de 2022, quiero seguir mirando a los ojos a todos los ciudadanos y decirles que hemos gobernado con decencia, transparencia y pensando en futuro, además de haber dejado un legado incontrovertible de haber puesto a los pobres en el centro de la agenda de equidad de esta nación.
No hemos dejado que la pandemia nos arrebate nuestra agenda del plan de desarrollo. Sin lugar a dudas hay cosas que se han visto afectadas, pero hoy puedo decir con una gran tranquilidad que este será el Gobierno que entregará más aulas escolares en un periodo de cuatro años, que construirá más kilómetros de vías terciarias en un periodo de cuatro años, que dejará finalizadas 20 de 29 concesiones de cuarta generación y dejará contratada más de 15. Hemos procurado que, aún en medio de una pandemia, hoy mostremos el dinamismo de nuestro país, y logramos terminar los que para muchos era un elefante blanco: el túnel más largo de América Latina y el Caribe que cruza la cordillera central de Colombia.