España suma, en 2020, más peticiones de solicitudes de asilo que ningún otro país de la Unión Europea a un ritmo casi ininterrumpido de más de 3.500 peticiones cada semana, según datos oficiales de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo. La crisis económica y política de Venezuela, la violencia en Colombia y en los países centroamericanos han disparado esta cifra. De hecho, Venezuela acapara el 35% de las solicitudes, Colombia suma el 25% y Honduras, Nicaragua y El Salvador, en conjunto, alcanzan el 15%.
Blanca Garcés-Mascareñas, investigadora especializada en migraciones, afirma que “la mayor parte de los solicitantes de asilo en España no huye de una guerra en el sentido tradicional del término, sino de violencias estructurales que padecen en sus países”. “Y hablar de asilo en España es hablar de Latinoamérica”, añade. Las cifras, en opinión de Sophie Muller, representante de Acnur, no van a decrecer “teniendo en cuenta la situación en Colombia, Venezuela o Centroamérica”.
Este ascenso progresivo —que empezó en 2015 pero que se disparó en 2018 con 118.000 solicitudes— ha pillado a las autoridades desprevenidas: la red de acogida y la gestión de expedientes está obsoleta, sigue siendo insuficiente y actualmente está desbordada: la Oficina de Asilo acumulaba en septiembre casi 250.000 peticiones pendientes de resolución.
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