Rosneft, el consorcio petrolero del Estado ruso que reivindica el derecho a llevar a cabo importantes proyectos de cooperación en Venezuela, calificó este martes de “infundadas”, además de “parciales” y “subjetivas”, las acusaciones del secretario estadunidense de Estado, Mike Pompeo, en el sentido de que sigue “impidiendo que el pueblo venezolano cumpla su sueño de democracia y bienestar” al comprar crudo a la petrolera PDVSA (Petróleos de Venezuela SA) a pesar de las sanciones impuestas por Washington.
“Rosneft no se dedica a la política y realiza operaciones puramente comerciales en beneficio de sus accionistas. La actividad de Rosneft en Venezuela se debe a proyectos de extracción y suministro de petróleo, con apego al derecho internacional y de acuerdo con los contratos de mercado vigentes, suscritos mucho antes de que Estados Unidos lanzara sanciones unilaterales”, señala la petrolera en un comunicado difundido este martes.
Estados Unidos, al poner tantos obstáculos a los suministros de crudo a India y China desde Irán y Venezuela, busca crear preferencias y condiciones de monopolio para algunas compañías cercanas a la Casa Blanca, considera Rosneft.
Al mismo tiempo, continúa, “el impacto de esas sanciones afectó también a empresas de primer nivel del sector petrolero del propio Estados Unidos como Chevron, Exxon Mobil, Schlumberger, Halliburton, Baker Hughes, Weatherford y ConocoPhillips”.
De acuerdo con la compañía petrolera rusa, Pompeo se entromete “en la actividad económica que las empresas desarrollan en territorio de naciones soberanas” y viola “el principio universal de protección de las inversiones”.
Lo mismo opina el canciller Serguei Lavrov, quien al término de su reunión con su homóloga de Austria, Karin Kneissl, comentó a la prensa que las exigencias a Rosneft del jefe de la diplomacia estadunidense de cesar la compra de petróleo venezolano “no se ajustan, de ninguna manera, al derecho internacional”.
Tampoco lo hace Estados Unidos cuando presiona a las empresas europeas que quieren construir el gasoducto Nord Stream-2 para transportar, por el fondo del Mar Báltico, cada año 55 mil millones de metros cúblicos de gas ruso a Alemania, proyecto al que se oponen Letonia, Lituania, Polonia y Ucrania al considerar que aumentaría la dependencia europea respecto del combustible ruso.
“Es una violación a las normas éticas y legales que Washington exija a otros países no comprar materias primas e hidrocarburos a Rusia, sino hacerlo a Estados Unidos”, precisó el ministro ruso, en alusión a que ofrece como alternativa a Nord Stream-2 venderles su gas licuado.
Para Lavrov, Estados Unidos debe atenerse a las reglas de competencia honesta, dado que “a nada bueno conduce una política de imposiciones”.