CARACAS.– Juan Guaidó prosiguió ayer la ruta de su Operación Libertad decidido a mantener su agenda política, pese al duro golpe sufrido el jueves con la detención de Roberto Marrero, su jefe de Gabinete y mano derecha. El presidente encargado viajó al estado de Anzoátegui, donde les dijo a los ciudadanos durante un mitin que la lucha sigue y que para que llegue a buen puerto tienen que hablar y reclamar a los militares, policías y empleados públicos.
“Hemos avanzado mucho y sabemos que este es el momento para conseguir la actuación de nuestra Fuerza Armada, además de una mayor determinación de la comunidad internacional”, sostuvo Guaidó. Al final del camino está el Palacio de Miraflores: “Vamos a reclamar el lugar donde se debe servir al pueblo. Tenemos que definir cómo llegamos y cómo entramos. Y tiene que haber una articulación con las Fuerzas Armadas”.
La respuesta desde el exterior al “arresto ilegal” solo tardó horas en llegar. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó directamente a los bancos públicos del chavismo, como el Banco de Venezuela, el Banco Bicentenario, el Banco Universal y el Banco de Desarrollo (Bandes), así como a sus filiales en Uruguay y Bolivia. “El uso continuado del régimen de secuestros, torturas y asesinatos de ciudadanos venezolanos no será tolerado por Estados Unidos ni por la coalición internacional”, subrayó Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, en un comunicado. Washington está convencido de que la cúpula chavista utiliza estos bancos para trasladar fondos al exterior.
Un pésimo día para el Bandes, bautizado por el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, como la Pdvsa del sector financiero. “Esta acción afectará gravemente cualquier intento de movimiento de dinero por parte de Maduro y de sus amigos”, subrayó Pence solo minutos después de que el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, denunció en la cumbre inaugural del Prosur que el Bandes financió al expresidente Rafael Correa.
Según los datos aportados por Moreno, en 2018 Venezuela transfirió 281.000 dólares al Instituto de Pensamiento Político y Económico Eloy Alfaro, en Ecuador, que a su vez envió parte del dinero al propio Correa, casi 100.000 dólares.
Pese al nivel de la tormenta, el reto histórico que se propone Guaidó parece aún más difícil tras la captura de un hombre clave dentro de su equipo y ante la evidencia de que el superapagón y sus terribles consecuencias han minado el ánimo de los venezolanos. “Dijeron que Marrero era de una célula terrorista. El único terror aquí es que nos matan de hambre en las calles de Venezuela”, respondió el líder opositor.
Maduro aprovechó una intervención televisiva para apuntalar las denuncias que adelantaron su ministro del Interior y su fiscal. “Estamos desmembrando a un grupo que contrató a mercenarios de Colombia y Centroamérica, está manejando mucho dinero. Tenían varios objetivos, cuarteles y unidades militares, hospitales y estaciones de metro”, enumeró en la enésima versión de “conspiranoia” revolucionaria. Un relato propagandístico que sobre todo sirve para animar a sus seguidores (en torno al 14% del país) y para proveer de argumentos a sus aliados en el extranjero.
El propio Guaidó había denunciado previamente que los agentes sembraron dos fusiles y una granada en la vivienda de su jefe de despacho. La otra acusación, estar en posesión de dólares, llevaría a la cárcel a medio país: la dolarización de facto de la economía, maniatada por la falta de efectivo en bolívares y por la devaluación constante de la moneda, se ha extremado tras el colapso eléctrico de hace dos semanas. Hasta el hielo se paga en billetes verdes americanos en el país caribeño.
“El secuestro político de Marrero cumple dos funciones: probar las amenazas internacionales contra la dictadura y un show comunicacional para tapar las denuncias del teniente Dugarte. Debe haber presión para ejecutar la primera sin olvidar la segunda”, señaló el general Hugo “el Pollo” Carvajal, quien fue durante 12 años jefe de la inteligencia y contrainteligencia del chavismo.
Los videos grabados de forma clandestina en la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar por el teniente Ronald Dugarte, que fueron entregados a la OEA, mostraron por primera vez imágenes de las salas de torturas, e incluso de los malos tratos contra algunos de los 70 uniformados allí encarcelados.
Otro general chavista disidente, Hebert García Plaza, aventuró que la revolución busca conocer con quién dialoga Guaidó dentro del Ejército y del gobierno. “Maduro y los cubanos ya deben conocer hoy todos los planes”, sentenció el militar, quien además está convencido de que Marrero aparecerá en uno de esos truculentos videos que la policía política obliga a grabar a sus detenidos.
La familia de la diputada Kelly Perfecto, chavista disidente, también recibió la visita de los agentes bolivarianos. La dirigente, quien regresó a la Asamblea Nacional hace unas semanas tras reconocer a Guaidó, se mantenía en comunicación con Marrero para llevar a votación un proyecto parlamentario.