El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, aseguró que la situación que atraviesa Venezuela, con una migración que supera los 3 millones de personas, ya no es una “crisis”. “Es una tragedia”, dijo el excanciller uruguayo a El Observador.
Almagro entiende que la situación es entera responsabilidad del gobierno de Nicolás Maduro y aseguró “no es la primera vez en la historia de la humanidad que un Estado dirige ataques contra su propia gente justificándolo con falsas ideologías revolucionarias” y puso como ejemplo otros “casos de gobiernos comunistas”.
“Otros casos similares en la historia reciente se encuentran, casualmente, en casos de gobiernos comunistas en tiempos de crisis económica, como por ejemplo Cuba y el período especial en los años de 1990, después que quedó huérfana sin su patrocinador por excelencia, la Unión Soviética”, dijo Almagro en una entrevista vía correo electrónico con El Observador.
¿Existe algún tipo de antecedente de una crisis humanitaria de este tipo en América Latina?
No. Las características de la crisis humanitaria venezolana hacen que definitivamente sea única en la historia de América Latina. La escasez de medicamentos, la precariedad absoluta del sistema de salud, a lo que se suma la dilapidación de las reservas de hidrocarburos, la corrupción rampante en todos los niveles de gobierno, la eliminación del estado de derecho, las violaciones continuas de los derechos humanos, entre otras medidas lamentables tomadas por un gobierno ilegítimo y totalitario, si bien no es la primera vez que ocurren, es de una escala que no se vivía desde hace por lo menos 50 años y de una celeridad inédita en el continente. La semana pasada Naciones Unidas indicó que el éxodo venezolano ya alcanza los 3 millones de personas, casi la población total de Uruguay, y los pronósticos indican que si no hay cambios, el año próximo el éxodo aumentará. Esta semana un infor-
me de la FAO señaló que el hambre se triplicó en los últimos años. Tanto la ONU como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Acnur y la OIM han reiterado la necesidad de dar respuesta desde la comunidad internacional para afrontar esta crisis. Cuando la única opción de una persona es tener que irse de su país huyendo de la persecución política, por la presión del hambre o por no poder atender su salud, estamos hablando de una tragedia humanitaria, más que de una crisis. ¿Qué responsabilidad le compete al gobierno de Venezuela en la actual crisis?
La responsabilidad es absolutamente del régimen oficialista, de Nicolás Maduro y de quienes cumplen e implementan sus órdenes. Su acción directa llevó al colapso institucional, la ruptura democrática y la alteración del orden constitucional, como consecuencia de ello y de su ineficiencia, corrupción, así como de la imposición de variables de crimen organizado es que Venezuela hoy sufre esta crisis humanitaria sin precedentes. No es la primera vez en la historia de la humanidad que un Estado dirige ataques contra su propia gente justificándolo con falsas ideologías revolucionarias, y que incita condiciones sociales y económicas para provocar el éxodo y así aliviar presiones internas que ellos mismos bien saben no pueden sostener. Otros casos similares en la historia reciente se encuentran, casualmente, en casos de gobiernos comunistas en tiempos de crisis económica, como por ejemplo Cuba y el período especial en los años de 1990, después que quedó huérfana sin su patrocinador por excelencia, la Unión Soviética.
¿Cómo valora que ha sido la respuesta de los países de América del Sur ante la crisis?
Si bien hay matices y diferencias en las reacciones de algunos países sudamericanos en función de sus niveles de compromiso previo con el chavismo, existe un grupo de países que en diferentes formatos ha denunciado la crisis humanitaria, el deterioro democrático, los atropellos institucionales y las violaciones a los derechos humanos. Los países de América del Sur están recibiendo buena parte de esos millones de venezolanos exiliados. Se trata de una realidad en la región que en América del Sur la tienen todos los días ante sus pro- pios ojos, en el contacto diario con venezolanos que seguramente no tenían planes de irse a otro país. No tuvieron opción porque su país los expulsó a través del hambre o de la persecución política. Por eso hablamos también del impacto internacional o regional de la crisis migratoria venezolana en sus diferentes dimensiones.
¿Cuál cree que es la solución para esta crisis humanitaria?
La solución es la redemocratización de Venezuela. Mientras esta dictadura corrupta y criminal siga en Venezuela será imposible resolver el problema de fondo y causa fundamental de esta crisis humanitaria. Seguimos insistiendo en la necesidad de abrir un canal humanitario que permita el ingreso de la ayuda internacional. Múltiples países y organismos internacionales han ofrecido esta ayuda al régimen venezolano que se niega sistemáticamente a recibirla, agravando las acusaciones de crímenes de lesa humanidad que recaen sobre la dictadura. Me voy a remitir a lo que dijimos hace ya más de un año sobre Venezuela en informe presentado al Consejo Permanente, admitir que la situación en Venezuela es un riesgo para la paz y la seguridad hemisférica, dado la crisis humanitaria provocada por el régimen, la crisis migratoria, los vínculos comprobados con el crimen transnacional organizado, sus niveles de corrupción así como las acciones terroristas que se amparan en el régimen y los índices de violencia internos.
Pedimos el cese inmediato de la represión, la liberación de todos los presos políticos, la investigación a gran escala de los actos de figuras claves del régimen y sus subordinados para garantizar la rendición de cuentas por los crímenes cometidos contra la población civil; la realización de elecciones libres, justas y universales con observación internacional calificada, el retorno al orden constitucional con pleno respeto al principio de separación de los poderes públicos, el establecimiento de un mecanismo eficaz de lucha contra la corrupción, la integración al Tribunal Supremo de Justicia de los Magistrados juramentados y electos legítimamente. Debe regresar a la democracia a través de la realización de elecciones sin proscriptos y verificadas internacionalmente. Venezuela necesita un gobierno de transición que pueda crear un sistema electoral legítimo que le permita al país elegir líderes legítimos.
¿Sigue creyendo que la Responsabilidad para Proteger (R2P )es aplicable al caso de Venezuela?
R2P parte de una base teórica moral que la soberanía nacional no solo incluye un conjunto de derechos para un Estado –el derecho a su soberanía y autodeterminación, que dicho de otra forma es el derecho y la protección a no ser intervenido– pero frecuentemente se les olvida a muchos que la soberanía también incluye un conjunto de responsabilidades. Particularmente, la responsabilidad del Estado de procurar los derechos y la vida de su gente. En caso que un Estado no solo incumpla con esta obligación, si no que intencionalmente destruye los derechos humanos y pone en peligro la vida de su gente, la responsabilidad se transfiere a la comunidad internacional.
En el caso de Venezuela, como el régimen a propósito atropella los derechos de los venezolanos, escudado con la idea de soberanía como un derecho y no obligación, la responsabilidad de proteger a los venezolanos en Venezuela y fuera, ya ha caído en manos de la comunidad internacional. La realidad objetiva es que todos los países que integran la OEA tienen responsabilidad de proteger. Todos saben que la responsabilidad de proteger es primera y fundamentalmente del Estado sobre su propia población. Cuando el Estado fracasa en esa protección, o deja de ejercerla deliberadamente (como ocurrió en Ruanda, en Sudán del Sur, en Yemen, en Siria y como está ocurriendo en este momento en Venezuela), la responsabilidad pasa a ser de los demás Estados porque lo fundamental es justamente, las vidas humanas en total situación de vulnerabilidad. Cuando Venezuela fracasa, la responsabilidad es colectiva y es la comunidad internacional la que debe activar los mecanismos y mandatos de Naciones Unidas al respecto.
Mientras esta dictadura corrupta y criminal siga en Venezuela será imposible resolver el problema de fondo y causa fundamental de esta crisis humanitaria”