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La negligencia del chavismo agrava la crisis del coronavirus en Venezuela

Un demoledor informe de Human Rights Watch y la Universidad Johns Hopkins acusa a Nicolás Maduro de «desidia» en la gestión de la sanidad

  • ABC (1ª Edición)
  • 27 May 2020
  • DAVID ALANDETE CORRESPONSAL EN WASHINGTON

La mala gestión del régimen de Nicolás Maduro de la sanidad de Venezuela está agravando la pandemia de coronavirus, lo que aboca al país a un empeoramiento de su actual crisis humanitaria, según un informe hecho público ayer por la organización Human Rights Watch (HRW) y la Universidad Johns Hopkins. Según ese análisis, Venezuela necesita ayuda humanitaria urgente para un problema que el chavismo ni siquiera admite que existe, pues el régimen está ocultando el número de contagiados y fallecidos, y hostiga y reprime a periodistas y profesionales de la salud que alertan sobre el grave deterioro de las condiciones en los hospitales.

La incapacidad de tratar a los enfermos de coronavirus puede acabar agravando la que ya es la peor crisis migratoria y humanitaria en la historia del continente, según ambas organizaciones. El régimen chavista sólo reconoce 1.121 contagiados y 10 fallecidos por coronavirus, aunque la diplomacia estadounidense ha denunciado en varias ocasiones que la cifra real es mucho mayor. Las autoridades venezolanas se niegan a publicar datos epidemiológicos, ya que carecen de pruebas diagnósticas que permitan tener una idea de cuántos contagiados hay realmente en el país, que tiene 28 millones de habitantes.

«La crisis humanitaria en Venezuela y el colapso del sistema de salud han generado una peligrosa situación que favorece una rápida propagación del virus en la población en general, condiciones de trabajo inseguras para el personal de salud y un alto índice de mortalidad entre pacientes que necesitan tratamiento en hospitales», dijo la doctora Kathleen Page, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. «La imposibilidad de Venezuela para hacer frente a la pandemia de Covid-19 podría provocar que más personas intenten irse del país. Esto desbordaría aún más los sistemas de salud de los países vecinos», añade.

Son cinco millones los venezolanos que se han refugiado en países vecinos huyendo de la escasez de agua potable, alimentos y medicinas, y de la creciente represión del régimen, que según la secretaría general de la Organización de los Estados Americanos y la Casa Blanca cuenta con el apoyo de la dictadura cubana para detenciones arbitrarias, tortura y extorsión. Ante el colapso del sistema sanitario, han reaparecido en Venezuela brotes de malaria, dengue y zika. Los pacientes contagiados con el VIH, el virus que provoca el sida, ni siquiera pueden tomar antirretrovirales para neutralizar la enfermedad. Los pacientes de cáncer no reciben tratamiento y en muchas ocasiones ni siquiera pueden ser diagnosticados. En este contexto, ha entrado en Venezuela el coronavirus, que ya ha provocado estragos en naciones desarrolladas y con sistemas de salud fuertes.

El informe se ha realizado entre noviembre de 2019 –comenzó como un análisis sanitario antes de que se declarara la pandemia– y ha acabado en mayo de 2020. Los autores han estudiado la situación en 14 hospitales públicos de Caracas, la capital del país, y los cinco estados de Anzoátegui, Barinas, Bolívar, Lara y Zulia. Han hablado con profesionales médicos y pacientes y han llegado a la conclusión de que la situación sanitaria de Venezuela es catastrófica, sobre todo por la carencia de algo tan básico como es el agua potable.

Escasez de agua

Los expertos entrevistados denuncian una frecuente escasez de agua en los hospitales y centros médicos. Hasta tal punto, que los pacientes y el personal de la salud se ven obligados a llevar su propia agua para lavarse las manos antes y después de visitas médicas, limpiar material quirúrgico y, a veces, hasta para usarla en el servicio. Es común que los cortes de agua afecten a los hospitales de Caracas, según el informe. Y en algunos hospitales en zonas remotas, los cortes de agua han durado semanas e incluso meses.

Según el documento, la principal respuesta de las autoridades venezolanas ante la falta de agua en los hospitales ha sido «la desidia». Varias personas entrevistadas indicaron que, durante años, el Gobierno no ha hecho nada para frenar el deterioro progresivo de las condiciones en los hospitales donde trabajan. «La única instancia que recordaban en la cual el gobierno venezolano reconoció el deterioro de un hospital y expresó su determinación de solucionarlo, las autoridades trabajaron en el edificio solamente un mes y luego abandonaron el proyecto», añade el informe.

Sin material médico

Una encuesta nacional sobre el impacto de Covid-19 en Venezuela publicada por la Asamblea Nacional el 16 de mayo reportó que había escasez de guantes en el 57,14 % del sector salud, de mascarillas en el 61,9%, de jabón en el 76,19% y de alcohol desinfectante en el 90,48%. En este informe, los profesionales médicos y de enfermería entrevistados dicen que prácticamente no hay jabón ni desinfectante en sus clínicas y hospitales. Hasta ahora han tenido que llevar sus jeringuillas y guantes, pero la inflación y la constante devaluación salarial les impide seguir comprando ese material.

La escasez de fuel en todo el país, por el colapso de las refinerías, está haciendo también estragos sobre el sistema sanitario. No sólo porque los pacientes no tienen gasolina para llegar en coche al hospital en caso de emergencia, sino porque no hay gasóleo para los generadores que mantienen los dispositivos médicos encendidos, incluidos los respiradores que necesitan los pacientes de coronavirus.

En los pasados meses, el régimen de Maduro ha intentado conseguir fuel por todos los medios, intentando importarlo de México primero y, finalmente, canjeándolo a Irán por nueve toneladas de oro. El primero de cinco cargueros iraníes, que transportan 1,5 millones de toneladas de gasolina, llegó a puerto venezolano el pasado fin de semana. La Casa Blanca, que tiene en vigor sanciones contra ambos regímenes, ya ha anunciado que responderá a ese envío.

Según dijo el lunes un alto funcionario de EE.UU. a ABC, «el presidente Trump ha dejado en claro que EE.UU. no tolerará la intromisión [en Venezuela] de un régimen ilegítimo [el iraní] que oprime a su pueblo, niega los dere

chos humanos más básicos y practica la violencia y la represión». Las fuerzas armadas venezolanas están escoltando a los cargueros iraníes cuando llegan a sus aguas territoriales. Respecto al efecto –que el régimen mantiene en secreto– de la pandemia de coronavirus sobre Venezuela, ese alto funcionario consultado por ABC asegura que «EE.UU. se compromete a garantizar el flujo ilimitado de ayuda humanitaria al pueblo de Venezuela, utilizando las organizaciones humanitarias para garantizar que los alimentos y suministros continúen fluyendo a los venezolanos que sufren por la mala gestión y corrupción que son responsabilidad de Maduro». El último intento de EE.UU. de introducir ayuda humanitaria desde Colombia a Venezuela, en 2019, fue bloqueado por el régimen.

Por su parte, HRW insiste en la necesidad de ayuda urgente para Venezuela, y ha pedido que el Gobierno de EE. UU. se asegure de que las sanciones vigentes no agraven la crisis ni obstaculicen los esfuerzos humanitarios. «Para contribuir a una respuesta efectiva a la Covid-19 en Venezuela, los gobiernos preocupados por la situación venezolana deberían financiar las iniciativas humanitarias de la ONU», dice José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW. «Pero para que la ayuda llegue efectivamente al pueblo venezolano, la máxima responsabilidad recae en las autoridades que responden a Maduro»..

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