En un esfuerzo por promover la «reconciliación nacional» y aumentar la participación de los votantes, el gobierno de Venezuela ha indultado a más de 100 políticos de la oposición, incluidos 20 diputados de la Asamblea Nacional que habían sido acusados de conspirar contra el presidente Nicolás Maduro, antes de las elecciones legislativas de diciembre. Temiendo que el Partido Socialista podría equipar los resultados y utilizar el voto para dar al gobierno el brillo de la legitimidad, 27 grupos de la oposición han acordado boicotear las urnas.
«Si se llevan a cabo estas elecciones, el presidente Nicolás Maduro obtendrá la mayoría que desea en la Asamblea Nacional», dijo Sabine Kurtenbach, del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área en Hamburgo, a DW. «Él ha cambiado las reglas para favorecer a los candidatos y partidos que son leales a su régimen», dijo. «Es más probable que obtengan asientos. La oposición, que quiere un cambio de gobierno, no tiene posibilidades de ganar.»
En 2018, gran parte de la oposición boicoteó las elecciones presidenciales que dieron
Maduro un segundo mandato. Cinco millones de venezolanos abandonaron el país como resultado de las consecuencias económicas y políticas. En enero de 2019, el recién nombrado presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaido, se proclamó presidente interino de Venezuela hasta que se pudiera celebrar una elección libre. Aunque no había sido elegido para el cargo, su reclamo fue reconocido por los gobiernos de unos 60 países, incluidos los de los Estados Unidos y la mayoría de los miembros de la UE; sin embargo, el ejército de Venezuela continuó respaldando a Maduro, y la influencia política de Guaido ha disminuido desde entonces.
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El indulto masivo es un intento de dividir aún más a la oposición y persuadir al menos a algunos políticos para que participen en las elecciones de diciembre. Si la participación electoral termina siendo inusualmente alta, la táctica de Maduro podría dar sus frutos. Guaido lo sabe y ha dicho que el movimiento fue un «medios de presión» para «legitimar una farsa.Tuiteó que era una «trampa» en la que no caería.
La estrategia de Maduro podría ser exitosa. Si su partido ganara las elecciones, tendría la legitimación de que Venezuela
Necesita salir del aislamiento internacional, y el acceso a préstamos para ayudar a sacar al país de su profunda rutina económica.
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«Aparte de querer deshacerse de Maduro, la oposición venezolana no tiene un plan común para un futuro post-Maduro», dijo Kurtenbach. Agregó que las facciones disidentes ni siquiera eran capaces de acordar un plan para destituir al presidente de su cargo: «Algunos están cooperando, otros quieren apegarse a métodos democráticos, pero otros, como la prominente figura de la oposición María Corina Machado, no excluyen el uso de la violencia.»
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Cariñosamente referido por los partidarios como MCM, Machado ha criticado a Guaido por perder oportunidades para expulsar a Maduro y ha argumentado que la Asamblea Nacional debe actuar para legitimar la intervención extranjera. «Machado está haciendo actualmente a Nicolás Maduro un gran favor al hablar de la necesidad de una intervención militar», dijo Kurtenbach. «Le da la excusa y la razón perfectas para afirmar que la amenaza real para el país es del extranjero, o de una oposición que está siendo manipulada desde el extranjero.»
Eso sería una amenaza vacía, dijo Nolte. «No tiene sentido hablar de intervención militar, porque ningún país está dispuesto a cumplir con esto», dijo, y agregó que el régimen no caería mientras el ejército continúe respaldando a Maduro.
Por ahora, dijeron los observadores alemanes, parece que la unidad y la perseverancia serán clave. «Mientras la oposición no pueda superar sus divisiones», dijo Kurtenbach, «es la mejor garantía de que el régimen de Nicolás Maduro permanecerá en el poder.»
Traducido del alemán por ACT