Santiago Cabanas (Madrid, 1954) fue nombrado el pasado mes de septiembre embajador de España en Estados Unidos en sustitución de Pedro Morenés, ex ministro de Defensa con Mariano Rajoy. Diplomático de carrera, ha ocupado diversos cargos de responsabilidad en el Ministerio de Asuntos Exteriores, y ha regresado a Estados Unidos, donde ya fue cónsul general en Miami, tras su paso como embajador por Jordania y Argelia. Junto a su homólogo estadounidense en España, Duke Buchan, ha participado en el XXIII Foro España-Estados Unidos, organizado por la Fundación Consejo España-EEUU y que se ha celebrado este fin de semana en las bodegas González Byass de Jerez. –Los gobiernos de España y EEUU tienen orientaciones políticas opuestas. ¿En qué estado se encuentran las relaciones? –Nuestras relaciones son muy buenas y sólidas, basadas en intereses comunes compartidos y una larga historia común, que nos complace mucho recordar y proyectar hacia el futuro. Existe una tupida red de contactos y relaciones en todos los órdenes, en defensa, económicos, culturales, científicos y educativos. En suma, por encima de quién esté en el gobierno en uno u otro país, por encima de quien sean los responsables de las administraciones, lo cierto es que las relaciones son buenas y tienen un gran potencial. Eso es en lo que nos tenemos que fijar. En seguir trabajando juntos para, superando las lógicas discrepancias que pueda haber y las hay entre países amigos y aliados, buscar lo que realmente nos une y trabajar juntos para seguir fortaleciendo esa relación bilateral con nuestros amigos americanos.
–¿El resultado de las recientes elecciones legislativas puede implicar una variación en la política exterior de la Administración Trump hacia la UE y España? –Han sido unas elecciones importantes, seguidas con un gran interés en Estados Unidos, casi como si fueran unas presidenciales. Los resultados van a afectar sin duda a la política interior norteamericana y en la relación de fuerzas entre los grandes partidos. Pero creo que no van a afectar de manera decisiva a la política exterior. –España y EEUU tienen intereses comunes en la seguridad y el desarrollo del norte de África, especialmente en el Magreb. ¿Cómo se puede profundizar en esa cooperación, que es uno de los temas tratados en este foro? –Así es. Hubo un panel interesante en el que se debatió esta cuestión. El hecho mismo de que se debata en este foro con- firma que hay un interés común y que hemos de esforzarnos más para multiplicar nuestros contactos y el intercambio de información y análisis, e incluso la posibilidad de hacer proyectos conjuntos. Es una región fundamental para nuestra estabilidad y nuestra seguridad.
–EEUU demanda más implicación a España en la política de defensa, especialmente en el marco de la OTAN y el norte de África. –Es sabido que la Administración norteamericana, no sólo ésta sino las anteriores, han venido pidiendo desde hace tiempo a los aliados en la OTAN una mayor implicación en los gastos de defensa de la Alianza Atlántica. Todos estamos en eso y todos comprendemos esa solicitud de Estados Unidos, que contribuye de una manera grande al esfuerzo común. Pero también es verdad que estamos obligados los españoles a poner de relieve que no es sólo una contribución estrictamente económica. Hay múltiples maneras, como son las capacidades o el compromiso. Y Rota muestra precisamente el compromiso firme de España con nuestra defensa común. Hemos podido comprobar la importancia estratégica de Rota –el programa del foro incluyó una visita a la base naval conjunta el pasado viernes– y de Morón a ese esfuerzo conjunto. Hay otras maneras de demostrar ese compromiso, como es nuestra presencia en numerosas misiones internacionales. Y la parte norteamericana reconoce de manera clara esa contribución no estrictamente dineraria de España al esfuerzo de defensa común. –Pese a las turbulencias de la política interna estadounidense, su economía vive un momento dulce. ¿Qué oportunidades ofrece a las empresas españolas? –Estados Unidos vive efectivamente un momento de crecimiento económico. Ofrece un gran mercado muy diverso en crecimiento, un sistema jurídico sólido y algo que creo que es muy importante, que es un mundo hispano de creciente fuerza y presencia que tiene cada vez mayor participación en la vida social y política, y con cada vez mayor capacidad adquisitiva. Por tanto, esa creciente inf luencia hispana es un potencial aliado para nuestra empresas.
–Y viceversa, ¿qué buscan las empresas estadounidenses en la economía española?
–Creo que buscan y encuentran una democracia sólida, un ordenamiento jurídico muy asentado en un marco europeo que ofrece unas grandes garantías. Ofrece también una economía con gran potencial y una sociedad joven y pujante. En suma, ofrece un país grato para ellos, abierto y tolerante. Todo ello hace que España sea un destino apetecido para las empresas estadounidenses. Lo estamos viendo en reuniones como la de este foro.
–Trump inició su mandato con un giro proteccionista bajo el lema America First. Sus efectos ya los está viviendo el sector de la aceituna de mesa. ¿No supone un freno a la inversión externa? –Es cierto que ha habido un giro proteccionista y nos preocupan las tensiones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos. Hay en curso unas conversaciones que esperamos que den sus frutos y que en el curso de las próximas semanas podamos ir avanzando. No es fácil, pero se está haciendo un gran esfuerzo por parte de la Comisión y de los socios europeos, entre ellos España. Efectivamente, nos preocupan las restricciones a la aceituna negra española porque consideramos que no están debidamente justificadas. Seguiremos haciendo los esfuerzos posibles para que se revisen.
Las bases de Rota y Morón muestran el compromiso firme de España en con nuestra defensa común”
Nos preocupan las restricciones a la aceituna negra porque consideramos que no están justificadas”