Diplomacia. El embajador de la UE, el español León de la Torre, observó que por segundo año seguido hubo retroceso en la erradicación. La coca que se transforma en cocaína va a Europa, dijo.
Ataque. La Policía ve presencia extranjera en la emboscada que sufrió el sábado un grupo de erradicadores de coca en la zona paceña de La Asunta. Heridos reciben atención en Santa Cruz.
¿Cómo interpreta el incremento del 6% en la producción de coca en el país, si se toma en cuenta que en 2015 había 20.200 hectáreas y en el último informe fueron 24.500 ha? Hemos recibido, como cada año, con mucho interés, el informe de monitoreo de Naciones Unidas, que cofinanciamos Dinamarca y la Unión Europea desde hace muchos años, y, efectivamente, los datos se pueden ver desde distintas perspectivas.
En lo inmediato, efectivamente el incremento del 6% en la coca que se cultiva en el país nos preocupa y compartimos la preocupación de las autoridades porque van dos años seguidos de incremento, un 14% el año pasado y un 6% en este. Estamos ya por encima del límite establecido de la ley 906 (Ley General de la Coca), de 22.000 hectáreas llegamos a 24.500. Desde una perspectiva más amplia, hay que reconocer que se ha frenado en algo el incremento del año pasado, se lo redujo a la mitad, y si vemos la perspectiva regional el incremento de algo más de mil hectáreas en Bolivia es relativamente menor en el contexto de otros países productores. Lo que nos interesa, desde luego, son los nuevos instrumentos que introdujo el marco regulatorio para controlar mejor la comercialización de la hoja de coca y ahí surge otra preocupación. Según los datos de Unodc, un estudio aproximado de las toneladas de coca que se estarían produciendo, determinó que entre un 35 y un 48%, es decir, entre un tercio y la mitad, son comercializadas fuera de los mercados legales. ¿Y cómo interpreta eso? ¿Esa coca va al narcotráfico? Desde luego que no va a un mercado legal. Todo lo demás es interpretable y nos preocupa porque, como usted sabe, lo que es convertido en cocaína tiene a Europa como mercado principal. Por lo tanto, valoramos mucho los instrumentos nuevos que introdujo el marco regulatorio reciente para luchar contra el narcotráfico de forma más eficaz, y también para hacer un seguimiento más eficiente de la comercialización de la hoja de coca, exactamente a dónde va, para respetar el uso tradicional, pero también para combatir el tráfico de cocaína. Ahí es muy importante la colaboración que brindamos para estrechar la cooperación regional, que es fundamental, con los países vecinos y los distintos programas que a través de nuestro proyecto de colaboración con la Policía impulsamos, como el control de aeropuertos y de contenedores. Aparte, están los estudios que realizamos, junto con las autoridades bolivianas para tener datos más actualizados y concretos sobre cuál es exactamente el rendimiento de la producción de coca. La agricultura ha avanzado, también en el cultivo de coca probablemente, y hay que considerar que el factor de conversión coca-cocaína, en los últimos años, se ha alterado.
Todo esto para tener una radiografía más exacta de la situación, algo muy útil también para las autoridades bolivianas, su lucha y su compromiso contra el narcotráfico.
El sociólogo Fernando Salazar cuestionó la metodología del monitoreo porque los datos de la ONU son parciales. La interdicción de droga, la erradicación de cultivos y el precio de la coca no son propios, sino son proporcionados por el Gobierno, la Felcn y Udestro, ¿eso afecta a su credibilidad? Nosotros tenemos plena confianza en el sistema de monitoreo de Naciones Unidas, llevamos años trabajando con ellos. Unodc es la agencia certificada internacionalmente para realizar estos monitoreos, no solamente en Bolivia sino en otros países también. Colaboramos estrechamente con ellos y creemos que además han ido ampliando el estudio en el último tiempo. Específicamente, en la zona de monitoreo de una manera sustancial y precisamente para comprobar qué se está focalizando en la zona de producción. Y en esa ampliación adicional de casi el 50% de territorio que se estaba cubriendo, se encontró una producción marginal, mínima de hoja de coca, que no era seguida en los informes anteriores.
Salazar aseguró que el informe se limita a puntos concentrados. Dice que en Cochabamba, por ejemplo, no se monitorean de 8 a 10 municipios productores, ¿fue así? Yo creo que hemos ido ampliando los municipios, y no solamente hacemos un seguimiento satelital como se realiza en otras zonas, sino que hay un seguimiento sobre el terreno, que es lo importante, porque se comprueba de primera mano cuál es la situación de la producción. Nosotros somos
Nos preocupa el desvío de la coca porque todo lo que es convertido en cocaína tiene a Europa como mercado”
respetuosos, y eso lo quiero resaltar, con el modelo boliviano de control social, con todo lo que implica en cuanto al respeto a la comunidad, por supuesto a los DDHH, que son fundamentales para nosotros también. Es un modelo complejo, pero que nos parece confiable.
En cultivos de coca hablamos del 17 por ciento de incremento en el trópico de Cochabamba en 2017, hoy hay 8.400 hectáreas y, quiero ampliar nuestro parámetro temporal, el 2015 eran 6.000 hectáreas, ¿esto implica un retroceso? Los resultados del monitoreo implican que hay un retroceso, y eso lo ha reconocido el Gobierno boliviano. Uno de los motivos es también una reducción en la erradicación en los últimos dos años. De lo que sabemos, por lo que nos han contado las autoridades de Gobierno en los últimos días, este año se realiza un esfuerzo adicional para aumentar la erradicación. Eso se tendría que ver reflejado en el monitoreo de 2019. Ya, de un año a otro se incrementó de 6.500 a 7.500 hectáreas erradicadas, pero hay que seguir aumentando porque en los años mejores, donde además bajó la producción, la erradicación se situaba en 10.000 hectáreas e incluso por encima, y eso repercutió en una reducción neta de la zona de cultivo.
¿Qué explicación les dieron sobre la reducción en la erradicación de los cultivos?
Bajó la erradicación por razones meteorológicas, entre otras, pero nosotros confiamos en que el trabajo de este año, que se reflejará en el monitoreo de 2019, confirmará un aumento en la erradicación, y volveremos a la senda de la reducción, que es a lo que todos aspiramos. Retornar a esa curva que hemos seguido durante años para adaptarla al uso tradicional real gracias a los esfuerzos de las autoridades bolivianas
¿Lo político influye?, por ejemplo, ¿la presión del Gobierno sobre los productores paceños se materializa en el informe con una subida de solamente el 1%? ¿Hay menos presión sobre los productores de Chapare y es por eso el incremento de plantaciones en esa zona?
Es posible. Nosotros miramos el resultado conjunto. El Gobierno estableció máximos para las distintas zonas, es el Gobierno que intenta que eso se cumpla, nosotros acompañamos su esfuerzo. Efectivamente en Cochabamba, en Chapare, hubo un aumento y ahí es donde el Gobierno, por lo que nos han dicho, hará un mayor esfuerzo.
¿Ven que se relajó la erradicación de coca?
No creo que se haya relajado. Las cifras indican que hubo reducción, las autoridades dieron distintos argumentos para explicar esto. Nosotros, mirando el futuro, queremos confiar en que el año que viene se vuelva a aumentar la zona neta de erradicación.
En la nueva ley de la coca se fijó un tope de 22.000 hectáreas, de las que 14.300 corresponden a La Paz y 7.700 a Cochabamba. Por lo tanto, ya hay 900 y 700 hectáreas de coca excedentaria en el año de su estreno, ¿cómo analiza esto?
La nueva ley incluye muchos factores. Por un lado se aumenta la zona legal de cultivo, algo que es una decisión del Gobierno y que una vez adoptada aceptamos, pero en su momento no compartimos. En cambio, quiero resaltar que compartimos, respaldamos y aplaudimos las medidas que incluyen las nuevas leyes, para precisamente ser más efectivos en la lucha contra el narcotráfico. Ahí hay un campo abierto que antes no existía y que permitirá a las autoridades bolivianas, con la cooperación internacional si así lo desea, ser mucho más eficaz en la lucha contra el narcotráfico.
La UE siempre apoyó al Gobierno en este tema, pero, ¿no se ha sentido usada con el estudio de mercado legal de la coca, que comenzó el Gobierno de Carlos Mesa y cuando lo recibió el de Evo Morales lo complementó y modificó? Al final, en la nueva ley subió de 12.000 a 22.000 el límite de cultivos. Quiero recordar que las 22.000 hectáreas incluyen la industrialización de la hoja de coca, que de momento no se ha iniciado. El objetivo del Gobierno es que se incluyan otros productos medicinales, cosméticos y otros derivados de la coca.
Por lo tanto, será un esfuerzo del Gobierno con un plan de industrialización que todavía no arrancó, pero en eso se basó la ampliación de la Ley 906. Quiero insistir que, desde una perspectiva regional, el incremento que se produjo es relativamente menor. Siempre apoyaremos al Gobierno en sus medidas, pero hay que verlo en su proporción.
Hay más coca en territorio indígena, aumentó un 10% en el Parque Isiboro Sécure y un 23% en Carrasco… Compartimos y respaldamos plenamente la preocupación del Gobierno y lo expresado en su decisión firme de erradicar la producción de hoja de coca en los parques nacionales. Nosotros cooperamos en proyectos de agua y medioambiente, estuvimos muy involucrados en la creación y fortalecimiento de las zonas naturales de Bolivia, y por eso tenemos doble interés. Por supuesto, la producción de hoja de coca en los parques nacionales es una mala noticia.
¿Cómo ven ustedes el tema del Polígono 7 y toda la parte de la línea roja, que supuestamente son parte del Tipnis, pero que ya es tomada como zona de cultivo cocalero?
En lo compartido con las autoridades todos hicimos hincapié en que esta situación puntual preocupa a Naciones Unidas y a todos.
Le doy un dato: 1.109 hectáreas en el Polígono 7, en la última semana el Gobierno confirmó que solamente son legales 400 ¿Qué se debe hacer con eso? El Gobierno nos dijo que precisamente se reforzará la campaña de erradicación en las zonas protegidas, puesto que esto contraviene la propia ley boliviana, ya no es un tema solamente de la cooperación. Y es una tendencia que hay que atajar lo antes posible porque de lo contrario seguirá en aumento.
¿El precio de la coca está por encima de Bs 50, mientras que los precios del azúcar, arroz y otros productos no pasan de Bs 10, ¿cómo ve eso?
Mirando el futuro, queremos confiar en que el año que viene vuelva a aumentar la erradicación”
Las nuevas leyes tienen un campo abierto que permitirá a las autoridades ser más efectivas en la lucha”
Las 22.000 hectáreas de la nueva ley incluyen la industrialización, que de momento no se ha iniciado”
No es que se haya disparado, ha sido un aumento sostenido. Pero, estamos involucrados en muchos proyectos relativos a la coca y al desarrollo alternativo en zonas productoras. El precio afectará a esos proyectos.
Por supuesto, la producción de hoja de coca en los parques nacionales es una mala noticia”