Una «misión política». Así es como el Grupo de Contacto para Venezuela ha bautizado al encuentro que mantendrá en los próximos días en Caracas para delinear una hoja de ruta clara que culmine con elecciones democráticas y transparentes en el país, cuya situación será uno de los asuntos que aborden hoy el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y el presidente ruso, Vladimir Putin.
En la cita en Caracas, a nivel de viceministros, estará el secretario de Estado español para la Cooperación e Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia. El objetivo es imprimir velocidad al diálogo y mantener alejada la perspectiva de una intervención militar con la que EE.UU. lleva amenazando desde hace semanas y que ayer fue reavivada por el representante del presidente encargado Juan Guaidó en Washington, Carlos Vecchio, quien pidió a la fuerza estadounidense para América Latina y el Caribe, el llamado Comando Sur, una reunión para «restablecer la democracia» en Venezuela.
Sobre la «misión política», el ministro de Exteriores de España en funciones, Josep Borrell, se mostró esperanzado en que «abra una ventana de oportunidad para impulsar una solución pacífica, que es lo que siempre ha querido la UE», y arremetió contra la actitud amenazante del Gobierno estadounidense, inquieto por que aún no haya caído el régimen de Maduro: «Tenemos a un presidente de EE. UU. que está planteando permanentemente la posibilidad de una intervención militar. No estamos de acuerdo. Esas cosas no las apoyamos ni las apoyaríamos», deslizó Borrell, quien ve probable ese escenario.
Por el momento las conversaciones del Grupo de Contacto se han encarrilado y han ganado velocidad tras el encuentro en Costa Rica: «Es un acelerón, que falta hacía», celebró Borrell. La jefa de la alta diplomacia europea, Federica Mogherini, avanzó que en Caracas se pondrán sobre la mesa «ideas concretas» que presentarán a todas las partes involucradas. Washington está al tanto de los esfuerzos diplomáticos de sus socios europeos, quienes insisten en mantener a raya el hambre intervencionista de Trump. La italiana tuvo la oportunidad de explicar ayer en Bruselas a Pompeo los próximos pasos que dará el grupo de trabajo para consolidar los esfuerzos.
Borrell también aclaró que Leopoldo López y Guaidó se reunieron con el embajador español, pero trató de restar importancia a la cita y descartó que la embajada se vaya a convertir en un centro de acción política de la oposición venezolana.