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Las crisis del coronavirus y el petróleo aumentarán el éxodo venezolano

Reforma12 Mar 2020 andres oppenheimer

Hay un creciente consenso entre los economistas internacionales de que Venezuela será el país latinoamericano más afectado por la combinación de la pandemia de coronavirus y el colapso de los precios mundiales del petróleo. Es probable que millones de venezolanos más emigren a otros países, agravando lo que ya es una de las mayores crisis de refugiados del mundo.

Aunque Colombia, Ecuador, Brasil, México y otros países se verán afectados por el colapso de los precios mundiales del petróleo, ninguna otra nación de la región se verá tan perjudicada como Venezuela. El país depende del petróleo para el 85 por ciento de sus finanzas públicas, comparado con el 8 por ciento de Colombia, o el 35 por ciento de Ecuador.

El año pasado, las exportaciones venezolanas de petróleo ya habían caído a 9 mil millones de dólares, de 73 mil millones en 2011. Ahora, es probable que caigan aún más rápido, porque las sanciones de Estados Unidos a sus exportaciones de petróleo y un sobreabastecimiento de crudo en los mercados mundiales harán casi imposible que Venezuela pueda exportar su petróleo por encima de los precios de producción.

El desmoronado monopolio estatal petrolero PDVSA de Venezuela ya está ofreciendo su crudo con tasas de descuento de 23 por ciento, en efecto vendiéndolo a 14 dólares por barril.

Para complicar las cosas, el régimen del Presidente Nicolás Maduro no tendrá recursos para afrontar la crisis del coronavirus. La dictadura venezolana aduce que hasta ahora no hay víctimas del coronavirus en el país, pero es muy difícil tomar en serio esa afirmación cuando prácticamente todos los demás países de la región ya han reportado casos.

Con los hospitales venezolanos afrontando una escasez crónica de medicamentos y suministros, y sufriendo por la migración masiva de médicos en los últimos años, Venezuela es uno de los países más vulnerables ante la crisis del coronavirus.

Además, el envejecimiento de la población de Venezuela aumenta las posibilidades de un rápido contagio del virus. La mayoría de los casi 5 millones de venezolanos que han huido del país en los últimos cinco años son jóvenes, dejando atrás a las personas mayores que son más vulnerables al contagio del virus.

Para empeorar las cosas, la desaceleración de la economía mundial y la depreciación de las monedas latinoamericanas reducirán las remesas de los venezolanos que viven en el exterior a sus familiares en el país. El colapso económico de Venezuela ha hecho que muchos venezolanos dependan de los envíos de dinero de sus familiares en el extranjero.

“Es una tormenta perfecta”, tuiteó el especialista en petróleo de la Universidad

de Rice, Francisco J. Monaldi, esta semana, refiriéndose a factores simultáneos que están hundiendo aún más a la economía de Venezuela.

Alejandro Werner, el director del departamento de América Latina del Fondo Monetario Internacional (FMI), me dijo que la economía de Venezuela ya se ha derrumbado 60 por ciento en los últimos cinco años, más que ninguna otra en el mundo. La reciente proyección del FMI de una disminución adicional de 10 por ciento este año pronto podría ser revisada a la baja, agregó.

“A la luz de los acontecimientos recientes, esa proyección de una disminución de 10 por ciento para Venezuela parece bastante optimista”, me dijo Werner.

Considerando el catastrófico panorama que pintan los economistas, la gran pregunta ahora es si esta “tormenta perfecta” tendrá algún impacto político en Venezuela.

Podría desencadenar una nueva ola de migración masiva de venezolanos, mayor aún que la crisis de refugiados de Siria, o generar una nueva ola de protestas antigubernamentales dentro de Venezuela.

Y también podría acelerar el declive de Venezuela hacia un Estado fallido, sin ley, cada vez más dependiente del tráfico de drogas y la minería ilegal. Tal como me dijo un alto funcionario brasileño esta semana, existe un creciente temor en las cancillerías latinoamericanas de que Venezuela se convierta en un “país fragmentado”, con algunas áreas controladas por la dictadura de Maduro y otras por varios otros grupos de narcotraficantes y guerrilleros.

Es difícil decir cuál de estos escenarios es el más probable. Pero una cosa parece clara: el colapso de Venezuela se acelerará en los próximos meses por las crisis del coronavirus y el petróleo, y eso se hará sentir en toda la región.

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