Al continuar la presión estadunidense contra Venezuela, el jefe del Comando Sur, almirante Craig Faller, advirtió este miércoles que los militares venezolanos serán responsables de lo que pueda ocurrir este sábado, cuando se intente ingresar al país petrolero la “ayuda humanitaria” solicitada por el titular de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, quien se autoproclamó “presidente encargado”.
“Hagan lo correcto. Salven a la gente en su país”, expresó Faller ante la prensa, acompañado del comandante del ejército de Colombia, general Luis Navarro Jiménez, en la sede del Comando Sur, en Florida.
El jefe del Comando Sur sostuvo que Estados Unidos trabaja “mano a mano con los gobiernos de Colombia y el interino de Venezuela para asegurarnos de que la ayuda humanitaria llegue a las esquinas más remotas del país sudamericano”.
Tres aviones C-17 del ejército estadunidense, supervisados por el Departamentos de Estado y de Defensa, volaron el sábado pasado desde Miami a la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con el noroeste de Venezuela, con cargamentos de alimentos, suministros de higiene y asistencia médica proporcionados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
El puente de Las Tienditas, que une a ambos países, no está en uso desde 2015 debido a un ataque de paramilitares colombianos, y fue bloqueado desde el pasado 7 de febrero por el ejército venezolano con un camión cisterna, dos contenedores de carga pesada y una malla de metal.
Faller realizó esta semana una gira por Brasil y Curazao, los otros dos países fronterizos con Venezuela que abrieron centros de acopio para concentrar la “ayuda humanitaria”. Guaidó buscará que ingresen las 270 toneladas de “asistencia” con miles de voluntarios este sábado a través de todos los puntos limítrofes mencionados, que incluirán los puertos venezolanos Cabello y La Guaira.
El opositor anunció en Twitter una movilización pacífica el 23 de febrero en los cuarteles para invitar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a que se sume a la oposición y permita el paso de los “suministros”.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, notificó en un comunicado que su gobierno suspendió de “forma indefinida” vuelos y zarpes hacia Curazao, Aruba y Bonaire, y anunció la revisión de relaciones con las tres islas caribeñas por servir como vías para ingresar la “ayuda” estadunidense.
El martes pasado el gobierno también cerró sus operaciones marítimas y aéreas con las Antillas Holandesas, pero las operaciones se reanudaron antes del anuncio de Rodríguez.
En tanto, unas 300 toneladas de medicinas y equipamiento enviados por Rusia llegaron a Venezuela, informaron las agencias de noticias rusas RIA-Novosti y Tass.
Maduro sostiene que la entrega de esa “asistencia” estadunidense es el pretexto para una intervención militar, por lo que pidió a las FANB –que han jurado lealtad al presidente– mantenerse “alerta” para evitar cualquier violación a la integridad del territorio.
Dijo que el “envío” estaduniden- se representa 6 por ciento de los alimentos distribuidos por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Recientemente se entregaron 298 mil 600 paquetes, que se traducen en 4 mil 479 toneladas de alimentos.
El coronel Pedro José Chirinos Dorante, asesor militar adjunto de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas, reconoció la noche del martes, en un video, a Guaidó como “presidente interino” y calificó de “ilegal” al gobierno de Maduro.
Chirinos Dorante es el cuarto alto oficial, sin manejo de tropa, que se rebela contra Maduro en menos de un mes.
El anuncio fue confirmado por el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, aunque expertos en el tema comentaron que este pronunciamiento “no tiene gran impacto”.
En otro orden, tanto Maduro como Guaidó recurrieron este miércoles a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En Nueva York, el gobierno bolivariano apremió a 46 países aliados a pedir al secretario general del organismo, António Guterres, que “frene todas las llamadas a una solución militar” para poner fin a la crisis en Venezuela.
En una misiva invita a los países, entre los que figuran Rusia, China, Corea del Norte y Cuba, a una reunión este viernes en la misión de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el canciller venezolano, Jorge Arreaza, “en favor de la defensa de la paz y los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas”.
Guaidó, a su vez, denunció ante la ONU que el Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía General de Venezuela carecen de independencia judicial y han actuado para intimidarlo.
En este contexto, María Farías, quien tiene doble nacionalidad, venezolana y costarricense, y designada por Guaidó como “embajadora” en Costa Rica, tomó con un grupo de simpatizantes la legación del gobierno venezolano en San José. “Una vez cubiertos los trámites legales estipulados por la ley, hemos venido a la embajada para avanzar con el proceso de transición”, argumentó la mujer en redes sociales tras asumir el control de la legación.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, comentó en Twitter: “Cual ladrones, esta madrugada un grupo de desconocidos ingresó a la sede de la embajada de Venezuela en Costa Rica. El gobierno de ese país debe hacer cumplir la Convención de Relaciones Diplomáticas y garantizar el funcionamiento y la seguridad de nuestro personal e instalaciones”.
La cancillería de Costa Rica, cuyo gobierno reconoce a Guaidó, dijo que la toma “es inaceptable, pues lesiona elementales normas diplomáticas de respeto y confianza de las relaciones, y sobre todo, del derecho internacional”.
En redes sociales personal costarricense de la embajada reportó que los guaidistas se pusieron de acuerdo para tomar la sede con el dueño del inmueble donde está la embajada y quien tenía un contrato de arrendamiento con el gobierno venezolano.
Reportes periodísticos venezolanos señalan que el padre de María Farías es un militar presuntamente relacionado con el caso de la Finca Daktari, de 2004, en el que se detuvo a un grupo de paramilitares colombianos acusados de querer generar en Venezuela un falso positivo asesinando a venezolanos para culpar al entonces presidente Hugo Chávez.
Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Cuba, Miguel DíazCanel, rechazaron las “agresiones y el intervencionismo” de Estados Unidos, mientras el mandatario chileno, Sebastián Piñera, defendió su compromiso con la democracia y la libertad venezolanas.
Amnistía Internacional llamó a Maduro a reconocer la grave crisis de su país y permitir la “ayuda humanitaria” impulsada por Guaidó, pero advirtió contra el uso de las necesidades de salud “como herramienta de negociación política”.
“Embajadora” de Guaidó toma la sede de la legación en
Costa Rica