Occidente redobla la presión sobre Arabia Saudí tras sus contradictorias explicaciones por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en su Consulado de Estambul. Francia, Alemania y Reino Unido difundieron ayer un comunicado conjunto en el que exigen a Riad “que se esclarezcan claramente las responsabilidades” por el crimen y se lleve a los culpables ante la justicia. El Gobierno germano fue el que llegó más lejos. “Respecto a las exportaciones de armas a Arabia Saudí, estas no pueden tener lugar en las circunstancias actuales”, sentenció Angela Merkel después de que su ministro de Exteriores, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, sugiriera un bloqueo de la venta de material bélico.
Incluso Donald Trump, hasta ahora inclinado a creer la versión saudí, endureció el tono al señalar que sobre este caso “obviamente ha habido engaño y mentiras”.
España, que rectificó el bloqueo de Defensa a una venta de armamento a Riad por temor a perder un contrato para construir corbetas, mantiene un perfil bajo en esta crisis. En un comunicado emitido el sábado, el Gobierno se declara “consternado” por la muerte de Khashoggi sin cuestionar abiertamente la versión saudí.
El juego entre las potencias occidentales y Arabia Saudí resulta delicado: cómo aumentar la presión tras un crimen que viola todas las normas sin poner en riesgo los intereses geopolíticos. Las explicaciones sobre la desaparición del periodista Jamal Khashoggi son insuficientes para los socios de Arabia Saudí. El presidente de EE UU, Donald Trump, hasta ahora inclinado a creer la versión saudí, concluyó el fin de semana que ha habido engaños y mentiras. Francia, Alemania y Reino Unido urgieron ayer a Riad a aclarar la muerte de Khashoggi en el Consulado saudí en Estambul el pasado 2 de octubre. Y Alemania tomó represalias con la suspensión de la exportación de armas.
La sentencia, con matices, es parecida en París, Londres y Berlín, e incluso, con las particularidades propias de Trump, en Washington. Todos son escépticos con la versión de Riad. El régimen sostiene que el periodista murió en el contexto de una discusión en el consulado, discusión que derivó en su muerte.
La versión saudí deja interrogantes abiertos, como el paradero de los restos de Khashoggi. Y contradice los datos filtrados por la investigación turca, que apunta a que el periodista fue torturado
y descuartizado. En todo caso busca exonerar al hombre fuerte en Arabia Saudí, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán (MBS), agasajado por los líderes occidentales durante su gira en la pasada primavera por Estados Unidos y Europa.
Cómo responder al crimen, más allá de con la palabra, las amenazas veladas y los comunicados, es lo que separa a los aliados occidentales. En el centro del debate se encuentra la exportación de armas a Riad, que ya estaba en cuestión desde antes
de la muerte de Khashoggi, por su uso en la guerra del Yemen. Ahora la presión para revisar esta alianza militar aumentará.
La respuesta más drástica la dio ayer Alemania. “Respecto a las exportaciones de armas a Arabia Saudí, estas no pueden tener lugar en las circunstancias actuales”, dijo Angela Merkel en una conferencia de prensa, según la agencia Reuters.
Riad es el segundo mayor cliente de la industria de defensa alemana, después de Argelia. Hasta el 30 de septiembre de
2018, el Gobierno había emitido licencias de exportación por valor de 416,4 millones de euros.
El debate en Alemania sobre la revisión de las relaciones con Riad es intenso. “No sé si tenemos que congelar todas las relaciones, pero en cualquier caso, creo que debemos seguir siendo extremadamente críticos con las exportaciones de armas a Arabia Saudí”, añadió el exministro de Relaciones Exteriores, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, a la emisora alemana Deutschlandfunk.
Un destacado militante de la
CDU, el partido de Merkel, propuso, además de suspender la exportación de armas, estudiar la expulsión de diplomáticos saudíes. “En el caso de que Arabia Saudí no tome las medidas oportunas, el Gobierno alemán debería coordinarse con sus socios de la Unión Europea y de la OTAN para llegar a acuerdos en el ámbito diplomático, como la expulsión de funcionarios de la embajada saudí”, señaló Norbert Röttgen en una entrevista con Welt am Sonntag.
Al anunciar la suspensión de la venta de armas, Merkel retomó algunos de los argumentos del comunicado de los ministros de Exteriores francés, alemán y británico, publicado el mismo día, pero fue más allá.
“Tomamos nota de la declaración de Arabia Saudí presentando las conclusiones preliminares [de la investigación sobre la muerte de Khashoggi]. Sin embargo, sigue siendo urgente clarificar lo que ocurrió exactamente el 2 de octubre”, se lee en el comunicado de París, Berlín y Londres. Los ministros exigen a las autoridades saudíes “esfuerzos