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Los tenedores de bonos buscan rescatar sus inversiones.

Los inversionistas han llegado a considerar que 30 centavos por dólar es un valor de recuperación razonable; Venezuela dejó de pagar sus bonos soberanos en septiembre pasado

85 ctvs por dólar se cotizan los bonos de Pdvsa, la estatal petrolera venezolana con plazo a 2020 2,5 mil millones de dólares

recibieron los tenedores de bonos de Pdvsa y Elecar desde noviembre

Si existe en estos días una inversión inteligente en Venezuela, probablemente se trate de un bono de 2,5 mil millones de dólares y 8,5 por ciento emitido por Pdvsa, la compañía petrolera estatal, que vence el 27 de octubre de 2020. A pesar de que se declaró en impago, se cotiza alrededor de los 85 centavos por dólar, lo cual sugiere que los inversionistas creen que todavía tienen buenas posibilidades de que les paguen.

Comparemos eso con un bono de 650 millones de dólares y 8,5 por ciento emitido por Elecar, una compañía eléctrica estatal, que venció el pasado 10 de abril. El día en que a los inversionistas se les debía pagar el 100 por ciento de su dinero, se cotizaba a 38 centavos por dólar. Aunque esto sugiere que la mayoría de los inversionistas no espera que se les pague, también sugiere que algunos aún lo esperan. Esto puede resultar ser “dinero muy inteligente”; o quizás no.

Todas las señales actualmente apuntan a lo último. Como reveló el Financial Times la semana pasada, Venezuela dejó de pagar sus bonos soberanos en septiembre pasado. En repetidas ocasiones ha achacado el incumplimiento de los pagos a las complicaciones operacionales causadas por las sanciones estadounidenses impuestas en agosto, las cuales sin duda son considerables. Sin embargo, cuando ha querido realizar pagos, incluso aunque los ha pagado con retraso, ha logrado hacerlo. Los tenedores de bonos de Pdvsa y Elecar han recibido alrededor de 2,5 mil millones de dólares desde el 2 de noviembre, cuando el presidente Nicolás Maduro dijo que reestructuraría y refinanciaría alre-

dedor de 100 mil millones de dólares de deuda estatal y cuasiestatal.

Las esperanzas de que se pague a los acreedores de Elecar se basaba en parte en los rumores de que gente poderosa cercana al Gobierno había comprado el bono y se aseguraría de cobrarlo. Si esto fuera cierto, casi seguramente habríamos visto cierta premura por parte de esas personas, y por el Gobierno, para comprar el bono en sus días finales a precio de ganga. Esto no sucedió y, al momento de escribir este artículo, no había señales de pago.

Los tenedores del bono Pdvsa de 8,5 por ciento de 2020 tienen una mejor oportunidad de ser compensados. Esto se debe a que tienen un reclamo sobre la garantía del bono: el 51 por ciento de Citgo, la compañía de refinación y distribución de Pdvsa en Estados Unidos.

Es el único bono venezolano que tiene un precio como éste. Lo comparamos con dos pares de bonos soberanos y de Pdvsa con cupones y vencimientos similares que hasta noviembre pasado se cotizaban a precios similares. Después del anuncio de la reestructuración hecho por Maduro, los bonos de Pdvsa atrajeron una prima sobre los soberanos por la creencia ( bien fundada, como ha quedado demostrado) de que el gobierno dejaría de pagar sus propias deudas antes que las de Pdvsa.

Desde enero, esa distinción se ha evaporado y todos son chatarra.

Sin embargo, algunos inversionistas se aferran. Algunos pueden creer, como se les ha prometido en repetidas ocasiones, que “los cheques ya están firmados”. Otros se estarán preparando para una larga batalla, pensando en el valor de recuperación de sus bonos en una futura reestructuración. Pero es probable que esto suceda sólo después de un cambio de Gobierno en Caracas, lo cual se ha pronosticado durante años, pero aún no se ha materializado a pesar del desastre humanitario que se desarrolla lentamente en el país.

Después de reestructuraciones comparables en Ecuador y Argentina, muchos inversionistas “hold-

out” han llegado a considerar 30 centavos por dólar un valor de recuperación razonable. Algunos bonos venezolanos estuvieron incluso por debajo de los 20 centavos este año, pero desde entonces se han recuperado hasta alrededor de los 30 centavos, en lo que seguramente es un ejemplo del triunfo de la esperanza sobre la experiencia.

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