Caracas.— Los precios de la gasolina en Venezuela deben subir a los niveles internacionales para detener las pérdidas de millones de dólares que cada año asume el gobierno por los subsidios a la venta del combustible, dijo ayer el presidente Nicolás Maduro.
En un discurso transmitido por televisión, el mandatario adelantó que anunciará en pocos días un nuevo esquema de precios del hidrocarburo y un subsidio directo que mantendría por aproximadamente dos años para una parte de la población.
“La gasolina y los hidrocarburos internos tienen que colocarse a precio internacional para que se acabe el contrabando hacia Colombia y hacia el Caribe”, dijo Maduro en el Palacio de Miraflores tras una reunión con su equipo económico.
En febrero de 2016, luego de estar los precios congelados casi dos décadas, el mandatario aumentó la gasolina a un bolívar por litro. En la actualidad, ese incremento no pasa de ser algo simbólico, puesto que equivale a una ínfima cantidad respecto del tipo de cambio del mercado negro, ampliamente utilizado por la falta de capacidad del gobierno para satisfacer la demanda de divisas.
Al igual que la mayoría de los países productores, Venezuela ha subsidiado por décadas el combustible como un beneficio para los consumidores, y los precios han permanecido casi estables durante años, pese a la hiperinflación que vive el país, que según proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzaría un millón por ciento este año.
En Venezuela, llenar el tanque de 40 litros cuesta hasta 500 veces menos que tomar el transporte público. Maduro dijo que el “subsidio directo” será entregado a través del carnet de la patria, documento con el que el gobierno deposita bonos y otras ayudas sociales desde enero del 2017, el cual es criticado por sus adversarios debido a que lo consideran un mecanismo de control.
El mandatario explicó que para acceder al subsidio las personas deben inscribir sus datos y los del vehículo en un censo y no dio detalles de cómo funcionará el programa.
El presidente ordenó eliminar cinco ceros a la moneda para facilitar las transacciones a partir del 20 de agosto, pero la única forma de poder pagar un precio tan barato del combustible en las estaciones de servicio es con los billetes más viejos, que seguirán circulando por un tiempo.
La gasolina de Venezuela, la más barata del mundo, es un tema sensible desde 1989, cuando se desató una revuelta a raíz de un incremento de los combustibles que ordenó el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Murieron 300 personas.
Esa y otras medidas forman parte de un programa de “recuperación, crecimiento y prosperidad económica” que busca enfrentar la severa crisis que agobia a los venezolanos.