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- La Vanguardia (1ª edición)
- 22 Feb 2022
- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Corresponsa
Putin firma el decreto de reconocimiento de las repúblicas de Donetsk y Luhansk
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, es un verdadero prestidigitador. Mientras echaba un pulso con Estados Unidos y la OTAN sobre la seguridad en Europa, y tras meses sosteniendo que los acuerdos de Minsk son la base para solucionar la guerra del Donbass, ha necesitado solo un día para desdecirse y dar la vuelta a la partida. Ayer lunes reconoció como estados independientes los territorios ucranianos bajo control de los separatistas prorrusos, las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Luhansk (RPL). Con esta decisión entierra los acuerdos de Minsk, y en un emocional discurso cargó la culpa sobre Ucrania y Occidente.
El jefe del Kremlin anunció su decisión en una alocución dirigida a los ciudadanos rusos en la que ofreció una visión alternativa de la historia de Ucrania.
En el discurso, emitido por televisión, Putin afirmó que “la Ucrania moderna fue una creación de Rusia”, concretamente de los bolcheviques después de la Revolución de 1917. Y describió a Lenin como el “creador y el arquitecto” de Ucrania. “Y ahora los agradecidos descendientes han derribado monumentos de Lenin en Ucrania. Es lo que llaman descomunización. ¿Quieren ustedes descomunización? Nosotros estamos preparados para enseñarles lo que la verdadera descomunización significa para Ucrania”, advirtió.
El presidente ruso describió el este de Ucrania, donde se encuentra el Donbass, como parte de las antiguas tierras rusas. Aseveró que Ucrania nunca ha tenido tradición de genuino estado y se quejó de que la Ucrania postsoviética se ha comportado de forma desleal con Rusia, ya que ha querido recibir todo lo posible de Moscú sin ofrecer nada a cambio.
“Rusia asumió las obligaciones en el pago de toda la deuda soviética a cambio de que los nuevos estados independientes renunciaran a parte de sus activos en el extranjero. En 1994 se alcanzaron esos acuerdos con Ucrania, pero Ucrania no los ratificó…”, dijo en tono de reproche. “Prefería actuar de esa forma en sus relaciones con Rusia: tener todos los derechos y ventajas, pero ninguna obligación”.
No olvidó Putin el peligro que, según él, supone Ucrania si se integra en la OTAN, que considera una “línea roja”. Putin sostiene que en 2008 los países de la OTAN invitaron a Ucrania a unirse a la Alianza en un futuro porque lo quiso Estados Unidos. “Los estadounidenses simplemente los usaron para llevar a cabo una política antirrusa”, aseguró.
Según Putin, “intentan convencernos una y otra vez que la OTAN es una alianza pacífica y puramente defensiva, diciendo que no hay amenazas para Rusia. De nuevo nos proponen que les tomemos la palabra. Pero sabemos el valor real de tales palabras”, haciendo hincapié en la idea rusa de que Occidente prometió no extender la OTAN hacia el este y, sin embargo, no ha parado de crecer.
Después del discurso, siguió una solemne ceremonia en el Kremlin. Putin y los líderes de las repúblicas secesionistas, Denís Pushilin y Leonid Pásechnik, firmaron
El presidente ruso hizo pública la decisión tras reunir al Consejo de Seguridad en una jornada ceremonial
un documento en el que Rusia les reconocía como estados independientes y otro documento sellando un acuerdo de amistad y colaboración.
Veían así cumplido su deseo, expresado horas antes en un mensaje en vídeo dirigido a Putin.
Todo formaba parte de una puesta en escena cuidadosamente preparada. Tras la petición de Pushilin y Pásechnik, Putin convocó de urgencia al Consejo de Seguridad de Rusia. La sesión se emitió también por televisión y sus miembros, además de los ministros del Gobierno que acudieron a la reunión, expresaron uno por uno su apoyo a la decisión que, en teoría, Putin tenía todavía que meditar.
