MIAMI, EU. El senador estadounidense Marco Rubio evocó la opción militar en Venezuela al decir que «las circunstancias han cambiado» y que actualmente existen argumentos para considerar que el gobierno de Nicolás Maduro amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos y de la región.
«Creo que hay un argumento muy fuerte que se puede hacer en este momento de que Venezuela y el régimen de Maduro se han convertido en una amenaza a la región e incluso a Estados Unidos», dijo Rubio al canal Univisión.
Aclaró que «por meses y por años» había defendido una opción «no militar y pacífica» en Venezuela, pero que ahora «las circunstancias han cambiado».
En tanto, las autoridades venezolanas detuvieron a 131 personas acusadas de boicotear el plan contra la crisis económica puesto en marcha por Maduro.
Los arrestos, que incluyen a «gerentes de grandes cadenas» comerciales, se han realizado desde el pasado 21 de agosto, cuando entraron en vigor las medidas, dijo el fiscal general, Tarek William Saab.
Según el funcionario, las capturas se efectuaron bajo acusaciones de «reventa, especulación, acaparamiento, boicot y desestabilización de la economía».
Al respecto, el vicepresidente venezolano para el área económica, Tareck el Aissami, informó que el gobierno y 17 industrias nacionales e internacionales «acordaron fijar los precios de ocho productos de higiene personal» que buscarán fortalecer su «estabilidad».
Pero los problemas no paran y ayer dos de las cuatro líneas de Metro de Caracas paralizaron sus operaciones debido a una falla eléctrica, la segunda que sufre el servicio en lo que va de la semana, mientras diez medios venezolanos cerraron o despidieron a sus empleados.
«Los anuncios económicos amenazan con aniquilar a los medios. Al menos diez anunciaron su desaparición, cambio de estatus o liquidación del personal», señaló la organización en su cuenta de Twitter.
La crisis ha obligado a muchos venezolanos a huir a países vecinos, pero la mayoría de quienes ingresaron a Brasil, por un cruce fronterizo en el Amazonas, se han encontrado sobreviviendo en las calles y durmiendo en carpas o en pedazos de cartón.
Su drama es parte de una crisis humanitaria regional cada vez más profunda provocada por el éxodo de decenas de miles de venezolanos que están abandonando su país, principalmente hacia la vecina Colombia, y también Ecuador y Perú.
La ciudad de Boa Vista, capital del estado fronterizo brasileño de Roraima, ha recibido a 35 mil migrantes venezolanos en los últimos dos años, con un incremento de su población de más de un 10%. Hoy, unos tres mil no tienen hogar, según la oficina del alcalde.
Cerca de la terminal de autobuses de la ciudad, los venezolanos duermen en las calles y en zonas comerciales.