La Cancillería de Rusia aseguró que trabaja activamente con el Gobierno de Venezuela para lograr una solución «constitucional» a la crisis en el país latinoamericano, para que «el gobierno legal» pueda superar los problemas en diálogo con la oposición.
«Estamos trabajando por todas las vías para lograr una solución tranquila, pacífica y constitucional, desde el punto de vista de la Constitución de Venezuela, a esta situación», declaró Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores ruso, a la prensa de su país.
Para Riabkov, si se logra frenar la injerencia externa y evitar una revolución, «el Gobierno legal podrá continuar su trabajo para superar los problemas internos en diálogo con la oposición».
«Sabemos con seguridad que el Gobierno de (el presidente venezolano Nicolás) Maduro está abierto a tales iniciativas y no se cierra al diálogo. Este asunto también ha surgido en nuestro diálogo con Caracas», destacó.
Si bien Moscú ha dicho que no ve como interlocutor al presidente interino Juan Guaidó, proclamado por la opositora Asamblea Nacional, el diplomático ruso admitió que «en la oposición hay fuerzas constructivas».
Riabkov se manifestó confiado en que si se entabla un diálogo entre Gobierno y oposición, los países que comprenden lo pernicioso que es apostar por el uso de la fuerza o de la ayuda humanitaria como método de presión política opten por posturas más «razonable» para salir de la crisis.
El vicecanciller, por otra parte, negó rotundamente que Rusia y Estados Unidos hayan abierto consultas sobre Venezuela y, de hecho, destacó que la conversación telefónica mantenida ayer por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, demostró «profundas y fuertes discrepancias».
«No hay prácticamente elementos que permitan hablar de alguna clase de diálogo constructivo en este terreno con Estados unidos», destacó.
Moscú está «abierta» a dialogar con todo aquel que esté interesado, sea el Grupo de Lima, el papa Francisco e incluso Washington, señaló.
Rusia ha acusado a Estados Unidos de preparar un cambio de régimen violento en Venezuela con la tapadera de una operación humanitaria.
Desde un primer momento, el presidente ruso, Vladimir Putin, apoyó a Maduro ante lo que llamó «injerencia destructiva» de Estados Unidos y abogó por el diálogo para solucionar la crisis en el país latinoamericano.<