Los sitios web especializados en armamento afirmaron ayer que Rusia había acertado el uso de una isla venezolana como base militar. Diosdado Cabello, número 2 chavista, desmintió, pero agregó: «ojalá fuera cierto». Rusia quiere, sí, tener una base militar en Venezuela, con prioridad para apoyo logístico a sus aviones de ataque de largo alcance, los impresionantes bombarderos Tu-160 Blackjack – 17 mil km de autonomía – que, la semana pasada, hicieron un pasaje por Maiquetía, conjunto aeronáutico cerca de Caracas. Pero no es sólo eso.
La elección de la isla de La Orchila, en el litoral del Caribe venezolano, responde a la necesidad de la fuerza naval rusa, que necesita de un centro de operaciones de soporte para las flotas que envía a la región a intervalos regulares. Uno de los gigantes de la escuadra, el crucero nuclear Pedro el Grande, con 252 metros y 28 mil toneladas, ya estuvo en la zona en dos ocasiones, 2008 y 2013, acompañado de escolta.
Orchila es un hallazgo: se encuentra a menos de 1.500 km de distancia de la Florida. Allí, un complejo aeronaval de carácter binacional servirá de elemento fuerte de garantía, de disuasión práctica, en contra de una eventual intervención armada en el país. El ex-comandante de la Aviación de Largo Alcance de Rusia, el general Anatolii Zhikarev, inició en 2009 el proceso de cesión de una parcela para la construcción de la infraestructura – terminal aéreo, muelles, almacenes, hangares, centros de control, núcleo residencial, accesos terrestres, estación de comunicaciones. Presentó el plan de Moscú y fue categóricamente desmentido por Hugo Chávez.
Vladimir Putin incluyó la base en su plan de recuperación de al menos diez bases de la red que se mantuvo en 15 países de la extinta Unión Soviética. Según un ex-ministro de Defensa de Venezuela, actualmente en la oposición a Nicolás Maduro, en 2017, el proyecto caribeño estaba avanzado. Habría sido citado en la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, sin embargo tomando como referencia Puerto Cabello, también al norte, y destacando el hecho de funcionar en el lugar una unidad de la Marina de guerra venezolana, guarnecendo la refinería de El Pireo.