La Argentina, al convalidar tasas de referencia cercanas al 75% anual, paga los intereses más altos del mundo. Así lo estimó un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), que destacó que, muy lejos de nuestro país, el lamentable podio lo completan por Venezuela (21%) e Irán (18%).
Semejante nivel de tasas para intentar contener -sin éxito- una devaluación y una inflación descontroladas, frenan el consumo y la actividad (al encarecer el crédito), a la vez que ahogan financieramente a las PyMes, que pagan intereses muy superiores al 100% anual.
Además, el estudio de la Undav indicó que los intereses que paga el Central por las Leliq “asciende a $8600 millones a la semana. Se trata de un monto con el que se podrían construir 7 hospitales de alta complejidad, 62 centros culturales y 136 escuelas públicas”.
Se trata a su vez de un instrumento de corto plazo destinado sólo a los bancos, grandes ganadores del modelo.
Para dar cuenta de las prioridades pervertidas del Gobierno, que por ejemplo dilapidó el primer desembolso de US$15.000 millones del FMI en la bicicleta financiera, acelerando la fuga de capitales, baste con agregar que la millonada que se gasta en pagar intereses de una deuda que crece como una bola de nieve, falta en inversiones estratégicas.
“Al hacer la comparación del orden de prioridades del Gobierno, es posible deducir que por cada $100 pagados en intereses de Lebac y Leliq en 2018 se invierten $66 en educación y cultura; $35 en salud; $18 en protección social; $12 en ciencia y técnica; $3,1 en trabajo y $2,8 en industria”, concluyó el diagnóstico universitario.
Justamente ayer, la Unión Industrial Argentina (UIA) volvió a expresar su «preocupación por la caída en el volumen de ventas» y el impacto en la actividad, mientras exigió medidas para atenuar el efecto de los elevados intereses, entre las que mencionó la puesta en marcha de bonificaciones de tasas y créditos productivos. Un plan, que falta, que urge, para ir al rescate de las Pymes e industrias, cuya extinción redudandará en nuevos desempleados, más pobres y una Patria sobre cuyas cenizas se hará difícil construir.