Donald Trump animó ayer a los militares venezolanos a dar la espalda a Nicolás Maduro y unirse al Gobierno de transición del presidente encargado Juan Guaidó. El presidente de Estados Unidos lo hizo en un discurso pronunciado en Miami, donde se concentra la mayor comunidad de venezolanos del país.
«Los ojos del mundo están sobre vosotros», dijo a los seguidores de Maduro, a los que ofreció una disyuntiva. «Podéis aceptar la oferta generosa de amnistía de Guaidó y vivir en paz. Él no busca represalias y nosotros tampoco. Pero debéis desobedecer las órdenes de Maduro sobre impedir la entrada de ayuda humanitaria y no amenazar con violencia», aseguró en un momento en el que la ayuda humanitaria se concentra en varios puntos de la frontera de Venezuela, como la ciudad colombiana de Cúcuta. Hasta allí llegó este fin de semana un cargamento de alimentos y medicamentos en tres aviones militares. El objetivo de Guaidó es introducir la ayuda en el país el próximo sábado. Maduro se niega a que pase y la considera una intervención enmascarada de EE.UU. y sus aliados regionales, como Colombia.
«La otra opción es que sigáis apoyando a Maduro. Si elegís esa camino, no encontraréis refugio seguro, ni escapatoria. Lo perderéis todo», amenazó Trump. En su discurso, sin embargo, Trump no redobló la presión contra Maduro con señales de estar listo para una intervención militar, como se ha especulado. «Deseamos una transición de poder pacífica, pero todas las opciones están abiertas», aseguró repitiendo una fórmula usada hasta ahora por su Administración para no descartar el envío de tropas. «En esta pesadilla, dejad marchar a vuestro pueblo, liberad vuestro país. Es el momento para que los patriotas venezolanos actúen juntos», proclamó Trump. Los que no lo hagan, estarán «arriesgando sus vidas y el futuro de Venezuela», por un hombre, Maduro, que «no es un patriota, es un títere de Cuba».
El testimonio de las víctimas
En medio de su discurso, Trump hizo subir al estrado a Amita Pérez, la madre de un opositor asesinado por el régimen de Maduro. «Estoy acá con el presidente solicitando ayuda humanitaria y justicia, vamos a seguir luchando hasta ver nuestra Venezuela libre», dijo en español, a lo que Trump respondió con media sonrisa: «No he entendido lo que ha dicho, pero creo que sí he entendido».
Era probablemente la vez que más español se ha oído en un acto de Donald Trump, que renunció a utilizar la lengua de Cervantes y de más de cuarenta millones de estadounidenses en su campaña presidencial de 2016. Y eso que el discurso de ayer de Trump sobre Venezuela fue ante todo un mitin político, con un ojo puesto en Caracas y el otro en su reelección presidencial de 2020.
En clave interna
El presidente de EE.UU. aprovechó la crisis de Venezuela para hacer una enmienda a la totalidad al socialismo, desde uno de los estados clave en las elecciones estadounidenses. «El socialismo ha devastado a este país», dijo en referencia a Venezuela. «Eso nunca nos pasará a nosotros». «El socialismo no respeta fronteras, ni límites, ni los derechos de los cuidados», añadió en otro momento. «EE.UU. nunca será un país socialista», cerró al final su discurso, en un mensaje de miedo para su electorado, ante la prominencia de líderes de corte socialista como Alexandria Ocasio-Cortez, la nueva sensación del partido demócrata, o de Bernie Sanders, que está a punto de presentar su candidatura para 2020 tras su derrota en las primarias que le enfrentaron a Hillary Clinton.
El papel de Cuba «Nicolás Maduro no es un patriota venezolano, es un títere de Cuba»
No al socialismo «EE.UU. nunca será un país socialista», dijo en alusión a la oposición demócrata