El Nuevo Día22 Sep 2020
El sobrino de Ada Mendoza le toca el vientre de embarazada frente al departamento de sus padres, donde vive con su pareja, Leo Camejo, y siete familiares en el barrio Catia de Caracas, Venezuela. El nacimiento de un primer bebé suele ser motivo de inmensa alegría para las parejas primerizas, aunque también haya cierta angustia por los riesgos que pueda presentar la gestación. En Venezuela, sin embargo, los temores pueden ser aún más agobiantes. Los riesgos para una pareja como ellos son grandes en Venezuela dado que por falta de personal y recursos son numerosas las clínicas de maternidad públicas que suspenden los controles prenatales, por lo que no es raro que algunas mujeres lleguen al día del parto sin contar con una evaluación previa, algo esencial para prevenir complicaciones.