El pasado 5 de mayo del 2016 se celebró la sección extraordinaria a solicitud de Venezuela en la OEA, donde la canciller venezolana Delcy Rodríguez explicó ante la plenaria la posición que tiene Venezuela ante lo que ella llamo una intervención del gobierno de los Estados Unidos y de la oposición venezolana para abrir paso a la activación de la carta democrática interamericana, donde se suspendería al estado venezolano ante la OEA.
En dicha sección el estado venezolano se mostró como un estado democrático. Pero por otra parte la representación del gobierno de los Estados Unidos enumero las repetidas fallas a los derechos humanos, además solicito que procedieran a la liberación de los presos políticos y también indico la preocupación por la extralimitación de sus funciones por parte del TSJ limitando la actuación de la asamblea nacional. Recalcaron la delicada situación económica que vive Venezuela, en donde la escases llegó a un 60 % de fallas de medicamentos esenciales.
La respuesta del gobierno venezolano se fundamentó en atacar directamente al sistema político y económico de los Estados Unidos en un intento de evadir las acusaciones e ignorando la situación venezolana que es de extrema gravedad.
La reacción de los participantes de esta sesión extraordinaria en términos generales fue cordial ante una representación venezolana desafiante, incluso algunas de las naciones se mostraron agradecidas ante constantes gestos de solidaridad económicos que han recibido de Venezuela y expresaron su solidaridad, lo que hace suponer que para Venezuela no es aplicable la activación de la carta democrática y más si tomamos en consideración que la activación según el artículo 21 requiere que dos tercios de la OEA voten a favor de la medida, el estado venezolano que ejerce su influencia económica con petróleo a bajos precios acción que genera solidaridad y mucha indiferencia hacia los derechos humanos, por esas razones es poco probable que se suspenda a Venezuela de la OEA.
Los esfuerzos para demostrar ante la comunidad latinoamericana que el gobierno venezolano es un estado violador de los derechos humamos es una tarea complicada por el lobby que ejerce el régimen comprando voluntades, la salida a la crisis es y será únicamente de los venezolanos y no de organizaciones ni de naciones que no viven la cruda realidad interna.