El endurecimiento del lenguaje político está alcanzado uno de sus momentos más álgidos en España. El efecto Vox sobre el Partido Popular y Ciudadanos está teniendo efectos demoledores en la dialéctica política, con Catalunya como referente obsesivo. El partido de ultraderecha, armado con la metodología de
se está convirtiendo en un actor de primer orden antes de entrar en el Parlamento. Algo parecido ya ocurrió con Podemos y Ciudadanos meses antes de las elecciones generales de diciembre del 2015. Ya estaban presentes antes de conseguir escaños.
Las palabras son cada vez más gruesas. Ecos de Venezuela. El presidente del Gobierno fue acusado ayer de “alta traición” por el líder de la oposición. Alta traición por un secretario de actas. En el curso de una demoledora comparecencia a propósito de las negociaciones de Moncloa con la Generalitat para que un “relator independiente” levante acta de unas reuniones entre partidos catalanes que tendrían como objeto intentar hallar una salida al laberinto, también calificó a de presidente “ilegítimo” y “felón”, adjetivo este último muy utilizado en algunos tebeos de la posguerra como Roberto Alcázar y Pedrín y El guerrero del antifaz.
Ecos de Venezuela. Casado llegó a comparar a Sánchez con un presidente que “comete delitos de narcotráfico”, en velada referencia al mandatario venezolano
En paralelo, el líder de Ciudadanos,
llamaba a formar un “frente cívico” contra Sánchez. Aires de Caracas en Madrid. El nuevo marco de combate político en España es Venezuela. Cada vez está más claro.
El delito de traición se halla tipificado por varios artículos del Código Penal (la mayoría de ellos referidos a la colaboración con el enemigo en tiempo de guerra). El artículo 102 de la Constitución prevé que el presidente del Gobierno pueda ser acusado por el Congreso de traición o de cualquier otro delito contra la seguridad del Estado ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Para instar el procesamiento, la iniciativa debe ser promovida por al menos una cuarta parte de los diputados y resultar aprobada por mayoría absoluta. El Partido Popular dispone de escaños suficientes para dar ese primer paso. El PP también cuenta con diputados de sobras para presentar una moción de censura ante tan grave diagnóstico. Nada de eso va a ocurrir en los próximos días. El asunto se dirimirá en la calle.
Concentración el domingo en la plaza Colón de Madrid, presidida por la monumental bandera de España que
mandó instalar en el 2001. Convoca el PP, con el apoyo de Ciudadanos y la confluencia de Vox. Concentración de las tres
Consciente de la vajilla que está rompiendo un error de Carmen Calvo, Sánchez aún cree que habrá presupuestos
derechas para denunciar los tratos de Sánchez con los independentistas catalanes. Demostración de fuerza del nuevo bloque de poder que se está ensayando en Andalucía, en vísperas del debate presupuestario, a dos días del inicio del juicio a los líderes independentistas en el Tribunal Supremo, y a cuatro meses de la jornada electoral del 26 de mayo (municipales, autonómicas y europeas). Ardorosa movilización de las tres derechas para intentar fragmentar a los socialistas.
Los dirigentes del PSOE de la España interior están aterrorizados ante el riesgo de ser desalojados del poder como en Andalucía. El PSOE del norte y del Mediterráneo mantiene la compostura. De nuevo, el PSC en la mirada de todos. La propuesta del relator fue dada a conocer el martes por
y es del todo evidente que la vicepresidenta
no ha manejado el asunto con la astucia del cardenal
ni la eficacia comunicativa de
Sánchez, consciente de la cantidad de vajilla rota en las últimas horas, cree que aún puede aprobar los presupuestos.