El Observatorio Venezolano de Conflictividad publicó un informe en el que recoge las manifestaciones de enero en todo el país y llama la atención sobre el incremento de la represión por el régimen. Considera excesivo el uso de grupos de exterminio como la FAES para contener las protestas. También señala el uso de un sistema de inteligencia en el que es el propio vecino el que delata a los que participan en las acciones de calle.
La principal motivación que tuvo el venezolano en enero de 2019 para protestar fue exigir la renuncia de Nicolás Maduro, y la respuesta que dio el régimen fue el aumento de la represión con el uso de grupos de exterminio y un sistema de inteligencia que consiste en que los propios vecinos ubican y delatan a los manifestantes. Esto se desprende del informe publicado por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
En total, el observatorio contabilizó 2.573 manifestaciones solo en el primer mes de este año, que se traducen en 86 protestas diarias en todo el país. Si se compara con el mismo período de 2018 (fueron 714), el aumento representa 360%. Los venezolanos han salido a la calle en el primer mes de 2019 para exigir respeto a sus derechos civiles y políticos; el lenguaje ha cambiado para convertirse en un mensaje directo que refleja el descontento de la gente con respecto a la situación política, sobre todo a partir del 23 de enero, cuando Juan Guaidó asumió las competencias del Ejecutivo.
Del gran total de manifestaciones, 63,7% (un total de 1.594) han sido dirigidas por estas razones, pero el observatorio además llama la atención sobre la localización de las protestas, la mayoría de las cuales se han llevado a cabo “en zonas donde habitan personas de escasos recursos económicos y que en el pasado se identificaban con el chavismo, y que fueron su base de apoyo electoral y de movilización. Su exigencia principal fue la renuncia de Maduro”.
La protesta por la recuperación del orden constitucional se manifestó de muchas maneras, que incluyen las asambleas ciudadanas y los cabildos. Además de marchas hubo cierres de calle y cacerolazos. “El momento histórico fue el 23 de enero de 2019 con la juramentación del presidente de la Asamblea nacional, Juan Guaidó, como presidente inte- rino”, explica el documento.
El informe del OVCS hace énfasis en la utilización de las Redes de Acción y Articulación Sociopolítica en lo que llama el sistema de represión del régimen. “Vecinos, integrantes de estas redes, ejecutan el papel de agentes de inteligencia informando a los cuerpos de seguridad sobre la ubicación e identidad de los manifestantes”, y no deja de llamar la atención de que, además de los 35 fallecidos en las protestas, hay 8 personas que murieron en allanamientos a viviendas.
Los expertos del observatorio insisten en que la represión se ha recrudecido, sobre todo porque la ejecutaron grupos llamados de exterminio, como la Fuerza de Acciones Especiales, además de la Poli- cía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional.
Derechos económicos y sociales. El documento toma en consideración lo que denomina la protesta combinada, que son las manifestaciones para exigir varios derechos a la vez, de las que contabiliza 342.
En cuanto a las reivindicaciones económicas y sociales, los maestros protagonizaron las protestas por los derechos laborales, con un total de 689. No se dejó de manifestar por la salud y por los servicios.
El colapso de los servicios también hizo que la gente tomara la calle, sobre todo la falta del agua potable.
La mayoría de las protestas han ocurrido en zonas donde habitan personas de escasos recursos económicos y que en el pasado se identificaban con el chavismo” Observatorio de Conflictividad Social