PEKÍN (EFE). El Ministerio de Exteriores de China mostró su apoyo a la comunidad internacional para encontrar una solución pacífica a la crisis que vive Venezuela, donde espera que todas las partes continúen desempeñando un “papel constructivo” para lograrlo.
Es la primera vez que Pekín, desde que se desató la crisis, no hace mención de apoyo al dictador Nicolás Maduro.
Venezuela contabiliza cuatro intentos fallidos de diálogo desde que el dictador Nicolás Maduro llegó al poder en 2013.
“Los asuntos de Venezuela deben ser resueltos por su pueblo en el marco de la Constitución y la ley a través de un diálogo pacífico y la vía política”, afirmó en un comunicado la portavoz de Exteriores, Hua Chunying.
El Grupo Internacional de Contacto (GIC) sobre Venezuela acordó el pasado jueves en Montevideo enviar una misión técnica a ese país y volver a reunirse en marzo para seguir trabajando en un proceso que permita llegar a una “solución venezolana” de su propio conflicto evitando un escenario aún más crítico.
La declaración fue suscrita por la Unión Europea (UE), Uruguay, Costa Rica, Ecuador, España, Italia, Portugal, Holanda, Suecia, Alemania, Francia y el Reino Unido.
Por su parte, Uruguay, México y la Comunidad del Caribe (Caricom) propusieron la iniciativa llamada “Mecanismo de Montevideo”, que busca lograr la paz en Venezuela a través de cuatro etapas: diálogo, negociación, compromisos e implementación.
La crisis política en Venezuela se agudizó en enero cuando el líder del Parlamento, Juan Guaidó, juró como presidente interino tras señalar que Maduro “usurpa” el cargo.
China y Rusia son los dos principales acreedores de Venezuela, que recibió unos US$ 62.000 millones en préstamos por parte del gigante asiático durante la última década, principalmente a cambio de petróleo. Y una parte de la deuda venezolana –de varios miles de millones de dólares–, con Moscú, es, por ejemplo, reembolsada con hidrocarburos mediante acuerdos entre PDVSA y el gigante ruso Rosneft. Oficialmente, se trata de adelantos sobre los contratos de entrega de petróleo y combustible, pero muchos expertos ven en ello un apoyo financiero encubierto a Caracas.